Ayer, 2 de junio, inició el Worldwide Developers Conference 2014 de Apple (WWDC, por sus siglas en inglés), evento al cual asisten miles de desarrolladores de todo el mundo para ser los primeros en conocer y probar los nuevos lanzamientos de software de la compañía.
A pesar de que muchos esperaban con ansias que se anunciaran diversos productos, como el nuevo iPhone y el iWatch, Apple prefirió enfocarse en las nuevas versiones de sus sistemas operativos. En esta ocasión, OS X Yosemite y iOS 8 fueron presentados a todo el planeta y una breve demostración nos permitió ver de lo que serán capaces las nuevas plataformas.
Sin embargo, la ausencia de nuevo hardware en el evento no significa que Apple haga a un lado grandes lanzamientos este año. De hecho, al inicio de la conferencia, Tim Cook dio a entender que se acerca una nueva ola de fascinantes productos en los próximos meses.
Más allá de todas las innovaciones presentadas ayer, algo que llamó mi atención fue el tono y la energía de la conferencia en general. Todo fue muy fluido, agradable y, en muchas ocasiones, gracioso. Cada uno de los encargados en presentar y demostrar los nuevos sistemas transmitió la emoción que seguramente rodea a todos los involucrados en el desarrollo del nuevo software y hardware de la compañía. Dicho de otra manera, sentimos que, poco a poco, Apple deja atrás la presión a la que fue sometida desde el fallecimiento de su fundador.
El regreso de Steve Jobs a Apple en 1996 fue determinante para que la compañía alcanzara la cima del mundo tecnológico la década pasada, pero desde hace algunos años parecía que había perdido la inspiración. Tim Cook y sus colaboradores han sido blanco de críticas debido a que no han podido entregar productos disruptivos, como en su momento lo fueron el iPod y el iPhone. Sin embargo, al parecer, Apple por fin dio los primeros pasos rumbo a una nueva etapa que seguramente estará llena de innovación y satisfacción para sus clientes.
En mi opinión, Craig Federighi, vicepresidente senior de ingeniería de software de Apple, fue el principal responsable de que este WWDC dejara tan buen sabor de boca. Diferentes personas me han comentado sus impresiones en torno al evento, y la mayoría recalca el excelente papel de Federighi como presentador, pero, sobre todo, hicieron hincapié en que la vibra transmitida fue muy distinta a la de años anteriores.
El ambiente vivido ayer sólo es el reflejo de los enormes esfuerzos de la compañía para reinventarse, sin olvidar lo que la llevó a posicionarse como líder de la industria. Me refiero al constante mejoramiento de la experiencia del usuario y Continuity es un claro ejemplo. La integración entre los 2 sistemas operativos de la empresa se siente natural y práctica, un referente para todo el mundo de los sistemas. Es cierto que este tipo de funciones no son nuevas, muchas empresas cuentan con productos capaces de algo similar, pero nunca antes alguien había mostrado una manera tan sencilla de lograrlo.
Otro elemento por destacar es la apertura; Apple demostró que aunque nunca será una plataforma como Android, es capaz de abrirse a la colaboración con otras empresas. Considero que aprendió esta lección justo a tiempo, pues vivimos una época en la que el trabajo en equipo y las alianzas impulsan tanto a pequeñas como a grandes empresas. El principal ejemplo es la inclusión de teclados de terceros en iOS, como SwiftKey y Swype.
La cereza en el pastel se llamó Swift, un nuevo lenguaje de programación que abre las puertas a Apple a un mundo de posibilidades infinitas. Durante años, la organización trabajó incansablemente para crear la tienda de aplicaciones con el estándar más alto de la industria. Hoy, después de usar Objective-C como lenguaje de programación durante 20 años, presentó lo que hasta el momento es su avance más importante en lo que va de la década. Para todos los desarrolladores atentos a la presentación, Swift fue música para sus oídos, algo que habían estado esperando desde hace mucho tiempo. Este nuevo leguaje no sólo facilitará y acelerará el trabajo de miles de desarrolladores, sino que también les permitirá crear aplicaciones mucho más poderosas y eficientes.
Es claro que aún queda un largo camino por recorrer si Apple desea continuar como uno de los principales referentes del mundo de la tecnología. Para cerrar el ciclo es necesario que el nuevo software y hardware se complementen a la perfección y funcionen tal como se mostró ayer. Será hasta dentro de unos meses que podremos probar estos nuevos productos y dar nuestro veredicto final; por el momento, Apple dejó claro que todavía tiene mucho que aportar y lo más importante: quiere convertirse nuevamente en el líder de la industria.
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