Tesla acaba de lanzar una actualización para sus modelos más lujosos: el Model S y el Model X. Pero a diferencia de lo que muchos esperaban, no hubo cambios radicales en diseño ni una nueva revolución tecnológica. Esta vez, el verdadero golpe vino en el precio.
Ambos modelos ahora son más baratos en Estados Unidos. El Model S comienza en $72,990 USD, mientras que el Model X baja hasta los $77,990 USD. Esta estrategia parece enfocada en atraer a nuevos compradores en medio de una competencia cada vez más feroz en el segmento premium eléctrico.
Los cambios más notables son sutiles: nuevos rines, pequeños retoques en el interior y mejoras menores en autonomía y eficiencia. Nada espectacular, pero sí lo suficiente como para refrescar un modelo que ya llevaba un rato sin novedades sustanciales.
En resumen, Tesla sigue apostando por volumen y accesibilidad en sus modelos de gama alta. Menos lujo desbordado, más enfoque en hacerlos competitivos. ¿Será suficiente para mantener su reinado en el mercado de EVs de lujo? Pronto lo sabremos.
