El Ford Fiesta podría renacer como auto eléctrico gracias a una alianza con Renault

El Ford Fiesta podría renacer como auto eléctrico gracias a una alianza con Renault

Resumen ⚡🚗 Ford podría estar preparando uno de sus regresos más interesantes de los últimos años. El Fiesta, retirado a nivel global en 2023, tiene serias posibilidades de volver… pero enchufado. Gracias a una nueva alianza con Renault, la marca del óvalo ya confirmó que lanzará dos EV compactos a partir de 2028, desarrollados por […]

Por Staff Qore el 10 diciembre, 2025

Resumen ⚡🚗

  • Ford prepara dos EV compactos junto a Renault y uno podría ser el nuevo Fiesta eléctrico.
  • La plataforma promete manejo divertido, pero el riesgo es convertirlo en otra SUV más.
  • La gran incógnita: si vuelve el Fiesta, ¿lo hará fiel a su esencia y llegará a EE. UU.?

Ford podría estar preparando uno de sus regresos más interesantes de los últimos años. El Fiesta, retirado a nivel global en 2023, tiene serias posibilidades de volver… pero enchufado. Gracias a una nueva alianza con Renault, la marca del óvalo ya confirmó que lanzará dos EV compactos a partir de 2028, desarrollados por Ford pero montados sobre la plataforma eléctrica Ampere de Renault. No lo han dicho tal cual, pero todo apunta a que uno de ellos podría llevar el nombre Fiesta.

La jugada tiene bastante sentido. Tras despedirse del Fiesta y del Focus, Ford se quedó sin presencia fuerte en el segmento de entrada, justo cuando el mercado empieza a pedir de nuevo autos pequeños, simples y relativamente baratos. Basta ver el éxito de las versiones más accesibles de la Maverick para entender que no todos quieren camionetas gigantes ni precios inflados. Un Fiesta eléctrico urbano, eficiente y bien afinado podría llenar ese vacío perfectamente.

Además, la base técnica no suena nada mal. La plataforma Ampere es la misma que usan el Renault 5 eléctrico y el Alpine A290, dos modelos que han sido muy bien recibidos por su manejo divertido. Y como Renault no tiene presencia real en Norteamérica, Ford podría aprovechar el acuerdo sin pisarse con otra marca. En papel, suena como la receta ideal para revivir un ícono… siempre y cuando no se tuerza la idea original.

Ahí está el gran riesgo. Ford ya aprendió que jugar con nombres históricos puede salir caro. El Mustang Mach-E funciona bien como producto, pero sigue siendo polémico por el simple hecho de llamarse Mustang. Lo mismo pasó con el Capri, que volvió como una SUV eléctrica y dejó a muchos con cara de “¿y el coupé?”. Con el Fiesta, la expectativa es clara: la gente quiere un hatchback pequeño, ágil y con personalidad, no otro crossover disfrazado.

Con más de 16 millones de unidades vendidas en todo el mundo, el Fiesta se ganó su lugar por ser práctico, accesible y sorprendentemente divertido, especialmente en versiones ST. Un sucesor eléctrico tiene lógica, pero la pregunta clave sigue en el aire: ¿Ford respetará ese ADN o solo usará el nombre? Y todavía más importante para este lado del mundo: ¿esta vez sí llegará a Estados Unidos o, otra vez, se quedará como un juguete exclusivo para Europa?

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