Desde hace cientos de años, la humanidad se ha dedicado a buscar vida más allá de nuestro planeta o el sistema solar. Y si bien aún no se han encontrado pruebas definitivas, parece que hoy estamos un paso más cerca. Astrónomos que se encuentran en la más extensa búsqueda de vida alienígena encontraron recientemente unas ondas de radio muy extrañas, las cuales parecen ser emisiones intencionales y son provenientes de Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sol.
Según información de The Guardian, el descubrimiento se dio por medio del telescopio Parkes en Australia. Éste captó haces raros de ondas de radio en lapsos de 30 horas, en mayo y abril del año pasado. Los análisis del rayo se realizaron durante un tiempo y los científicos aún no logran identificar al emisor de las ondas en cuestión. Naturalmente, rápidamente algunos empezaron a pensar que podría ser finalmente algún tipo de comunicación extraterrestre.
“(Este fenómeno) tiene algunas propiedades particulares que causó que pasará por muchos de nuestras revisiones y no podemos explicarlo todavía”, dijo Andrew Siemion de la Universidad de California en Berkeley, uno de los científicos que estuvo involucrado en el descubrimiento.
Esta onda de radio se cataloga como extraña ya que se maneja bajo el espectro de radio de los 982 Megahertz, específicamente, el cual es utilizado comúnmente para transmisiones privadas, desde satélites humanos hasta naves espaciales. “No sabemos de alguna forma natural de comprimir energía electromagnética en una solo contenedor de frecuencias” , explicó Siemion. De momento podría ser explicado como una manifestación exótica de las físicas del plasma, una explicación natural para las ondas de radio. Sin embargo, también se especula que podría tratarse de una fuente tecnológica, no detectada como terrestre.
La detección de este suceso ocurrió bajo el proyecto “Breakthrough Listen” liderado por Siemion y auspiciado por el multimillonario Yuri Milner. La meta de este esfuerzo, que empezó en 2015, es comprar tiempo en radio telescopios alrededor del mundo, esto para investigar los cielos en busca de evidencia de civilizaciones tecnológicas. El propósito, obviamente, es la búsqueda de inteligencia extraterrestre. A la fecha no ha habido pruebas contundentes de su existencia, aunque las más potenciales siempre han sido originadas por satélites que orbitan la tierra u otras interferencias causadas por humanos.
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