Hay quien piensa que el cilantro es asqueroso. En lo personal, prefiero evitarlo porque me desagrada su sabor, aunque no lo odio. Pero al final, es difícil evadir su presencia, al menos en México, pues se trata de una hierba sumamente popular, necesaria para complementar incontables platillos —incluyendo los tacos de suaperro, obvio—. El problema es que su ingestión no siempre lleva a resultados positivos, pero más allá del mal aliento, es posible que termines con ciclosporosis, un malestar tan terrible que podrías decirle "el apocalipsis estomacal".
El cilantro que se exporta no supera la certificación México Calidad Suprema por muy diversas razones de insalubridad
De hecho es por causa de este padecimiento que Estados Unidos impuso una prohibición temporal para el cilantro, pues las autoridades de control salubre (el Centro de Control y Prevención de Enfermedades) descubrieron que los métodos para cosechar este tipo de hierbas van de lo inapropiado a lo repugnante. Y es que la mercancía de al menos la mitad de las empresas que exportan esta hierba dio positivo al parásito Cyclospora cayetanensis; lo grave es que este escenario se dio a pesar de que las medidas de exportación son muy exigentes, así que la limpieza del producto que se distribuye en México debe ser considerablemente peor en la mayoría de los casos.
Ya ni siquiera es que el control de calidad sea una vergüenza, sino que es inexistente. En la investigación que hizo la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) se encontró que hay heces humanas y papel higiénico en los campos de cultivo. Los centros de manejo y empaquetado están "visiblemente sucios y sin limpiar desde hace meses". En específico, las superficies de contacto con alimentos —cajas de plástico para transportar el cilantro o las mesas en las que es cortado— tienen condiciones deplorables, a veces hasta el grado de mostrar sarro de origen desconocido. Por si fuera poco, el agua utilizada para lavar el cilantro es vulnerable de contaminación por los sistemas de drenaje séptico.
Sobra decir las pésimas prácticas de cosecha y manejo del cilantro son exclusivos de unas cuantas empresas, pero eso no quita que la probabilidad de encontrarse hierba infectada es sumamente alto. Al parecer SAGARPA ya se involucró con la investigación para sancionar a los responsables y, sobre todo, evitar que sucedan este tipo de condiciones insalubres, aunque más allá de la enseñanza y supervisión del gobierno, es necesario que los productores tomen conciencia, de otro modo, no habrá solución a largo plazo.
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