Se supone que los paramédicos tienen vocación para ayudar a las personas, al mostrar compasión y sensibilidad con sus pacientes, pero hay excepciones, como Tatiana Kulikova, que en lugar de cuidar a los enfermos que transportaba en su ambulancia, se burlaba al tomarse selfies con ellos. Obviamente no pasó mucho tiempo para que la administración de su unidad médica se diera cuenta y la despidiera.
Parece que el problema involucra numerosas fotos, pero de todas las siguientes 2 fueron las que causaron más polémica:
Kulikova argumenta que fue el fastidio de su rutina lo que provocó su deseo de hacer algo emocionante y prohibido. En poco tiempo esa afición se convirtió en un hábito que duró varios meses. De acuerdo con la edición rusa de Yahoo News, los parientes de los afectados podrían demandar a la paramédico, aunque todavía no hay información precisa al respecto. El delegado de salubridad local, Arten Golubev, dice que más allá del mal gusto de las fotos, Kulikova no estaba cuidando debidamente a sus pacientes, pues se tomaba selfies constantemente.
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