En teoría, todos los teléfonos de la actualidad deberían ser compatibles con almacenamiento adicional, pues el formato de microSD está diseñado para ajustarse a espacios sumamente reducidos. Sin embargo, los fabricantes deben enfrentar severas dificultades técnicas al momento de compactar las características de un dispositivo y en el caso de Moto G, se comprobó que Motorola no hubiera podido incluir ranura de expansión.
Un grupo de ingenieros del sitio AreaMobile, quienes son expertos en desensamblar toda clase de electrónicos para revelar sus secretos internos, se dio a la tarea de abrir un Moto G y averiguar si Motorola tenía razón de suprimir el puerto microSD. Las sospechas de que este teléfono era compatible con memoria externa partieron del diseño de la carcasa interna, que muestra un contorno en el que debería ir el lector de tarjetas. Curiosamente debajo de esa locación se encuentra el almacenamiento principal, en el que están el sistema operativo y el espacio de usuario.
La intención de los editores del sitio alemán iba más allá de intentar desenmascarar algún engaño de Motorola; de ser posible querían encontrar la forma de adaptar el teléfono para funcionar con almacenamiento externo. Lamentablemente, no sólo es difícil en términos de diseño, la arquitectura de la placa implica desoldar componentes para hacer espacio y con ello, se corre el riesgo de dañar el funcionamiento.
Así que antes de meter mano a los chips y listones de un Moto G, piensa si quieres correr el riesgo de arruinarlo, aunque estés desesperado por ampliar el sofocante espacio que ofrece el teléfono.
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