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Christopher Lee murió el 7 de junio de 2015 en el hospital Chelsea y Westminster de Londres, tras semanas de padecer complicaciones respiratorias
Descanse en paz, Christopher Lee, uno de los actores más reconocidos del cine de terror, de ciencia ficción y de fantasía. La noticia de su muerte está dando la vuelta al mundo de manera sorprendente, y está acompañada de incontables tributos y anécdotas. Esto no es algo para sorprender, pues la carrera del histrión estuvo llena de papeles emblemáticos y hasta hace poco, a sus 90 años, todavía tenía energía para patearle el trasero a orcos —aunque con ayuda de muchísimo CGI— y hablar con una voz autoritaria que casi nadie en Hollywood puede presumir.
Lo curioso es que de sus 280 papeles, la mayoría estuvieron involucrados con ser el malo. De un Dracula que sentó precedente para la cultura vampírica, al popular Count Dooku en las precuelas de Star Wars, pasando por el célebre Scaramanga de James Bond en The Man With The Golden Gun hasta ser Saruman en la saga The Lord of the Rings. En pocas palabras, nació para ser villano. Pero en el mundo real, según toda la gente que lo conoció, fue una persona noble, altruista y con una impresionante capacidad para enajenar a cualquiera con su plática. O dicho de otro modo, fue la persona más amable que encarnó al mal.
Y tal vez eso explica por qué Christopher Lee trató de hacer justicia en nombre de su país. Durante la Segunda Guerra Mundial, se enlistó en la Real Fuerza Aérea de Reino Unido y su desempeño fue tan destacable que lo ascendieron a oficial de inteligencia. Lo interesante está en los detalles: además de servir como operativo de las fuerzas especiales en Libia y Egipto, vivió muchos años ayudando a cazar agentes Nazi. ¿De qué modo? Pocos están enterados, ya que se trata de información confidencial y Lee decía que "hablar de eso está prohibido —lo estuvo en el pasado, lo sigue ahora y así será siempre—". Aunque lo mejor no es fantasear ni imaginar cosas que no son, dicho capítulo de su vida pudo haber sido casi como de película.
Al margen de su trayectoria de actuación, Lee fue un músico muy prolífico y de su gran diversidad de creaciones, la más memorables son un par de álbumes de heavy metal sinfónico que cuentan la historia de Carlomagno (de quien por cierto, Christopher dice que era descendiente directo por parte de su madre). Para que te des una idea de su identidad metalera, basta que veas el siguiente video:
Christoper Lee fue una mente brillante, un actor memorable y un villano inolvidable. Hasta sus últimos días, su pasión fue aparecer bajo los reflectores en cine, teatro y televisión; de hecho, estando hospitalizado firmó para aparecer en un drama del 9/11 en compañía con Uma Thurman. "La actuación es mi vida, odio permanecer inerte. Como solía decir mi querido Boris Karloff, cuando muera, quiero que me entierren con las botas puestas". No será sepultado con sus botas, pero sí con el reconocimiento de haber dejado un impresionante legado.
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