Al fin llegó el día en que Samsung anunció el esperado Galaxy S6 Edge y debemos decir que el dispositivo es sorprendente.
Lo primero que resalta del teléfono es la pantalla curva, pues tiene bordes redondeados, lo que crea la ilusión de un bisel ultradelgado. El diplay mide 5.1 pulgadas, su resolución es QHD con una densidad de pixeles de 577 dpi, lo que hace que la calidad de imagen sea impresionante. La pantalla está cubierta con Gorilla Glass 4, así que puedes estar seguro de que aguantará golpes y caídas leves, así como raspones y rayones.
Samsung por fin dejó el plástico atrás y optó por usar vidrio y metal para su nuevo equipo, lo que da ese sentimiento premium que los fanáticos de la marca esperaron tanto tiempo.
La cámara principal del teléfono es de 16 megapixeles y la frontal, de 5. Ambas cuentan con el sistema Quick Launch que te permite activar la cámara aproximadamente en 0.7 segundos al presionar 2 veces el botón Home.
El procesador es un Exynos 7 de 8 núcleos (que consiste en 2 procesadores de 4 núcleos con velocidades de 2.1 GHz y 1.5 GHz, respectivamente) que está acompañado por 3 GB de RAM DDR 4.
La orilla del equipo es de aluminio y, según la compañía, es 50% más resistente que la de la competencia, así que no se doblará fácilmente, como otros... *cof Apple cof*.
Cuando sostengas el teléfono en la mano notarás que es extremadamente ligero y delgado: sólo pesa 132 gramos y tiene un espesor de 7 mm.
Entre las características más llamativas del Galaxy S6 Edge está la posibilidad de cargarlo de manera inalámbrica, así que podrás decir adiós a ese segundo y medio que tardas en conectar un cable. Fuera de broma, lo importante es que en el futuro Samsung espera que las estaciones de carga inalámbrica estén presentes en cafés y restaurantes para que puedas cargar tu teléfono con sólo ponerlo sobre la mesa.
Samsung dio un enorme paso adelante en cuanto a diseño se refiere, esperemos que esto no se refleje en un precio exorbitante y debamos vender el carro para comprar este innovador teléfono.
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