El One (M9) tiene lo necesario para ser el mejor teléfono de 2015

HTC decidió hacer más sofisticado su excelente concepto, en lugar de evolucionar por un camino equivocado

El One (M8) causó sensación en 2014 —al igual que sus antecesores, en sus respectivos años—, por tener un excelente diseño, por su gran desempeño, por contar con muchas características útiles y por su increíble pantalla. De ahí que fuera calificado uno de los mejores teléfonos de últimos años. Pero siguiendo lo que parece haberse vuelto tradición para la categoría premium de HTC, las ventas estuvieron debajo de la competencia —especialmente ante el Galaxy S5 y el LG G3—, así que la compañía prefirió reforzar su concepto al hacerlo más sofisticado e interesante, con el propósito de que ésta vez sea irresistible. Ese acierto no sólo evitó que la compañía apostara por una evolución innecesaria o que tomara riesgos que podrían haber terminado en algo trágico, sino que dio pie al que podría posicionarse como el mejor smartphone Android de 2015.

El One (M9) sigue teniendo bocinas BoomSound, no hay cambios ni novedades, por fortuna todavía ofrecen una experiencia auditiva espectacular

Contrario a lo que muchos dicen, el One (M9) tiene lo necesario para apoderarse de ese título. El problema con HTC es que a veces falla al concretar ciertos aspectos para que sean infalibles. Sucedió con la interfaz del One (M7), se repitió con la cámara del One (M8) y... por fortuna, el One (M9) es finalmente una excepción. No es que esté libre de defectos, su batería, por ejemplo, parece durar menos que otros equipos con Snapdragon 810. Pero la suma de todas sus cualidades crean una combinación capaz de convencer a casi cualquier fan de Android. Para evidencia, está el hecho de que el armazón tiene una estética aún más atractiva; aunque HTC siempre ha tenido buena reputación por su talento con el diseño —y por eso hasta Apple se atrevió a romper su status quo e imitó algunos aspectos del One (M8)—, con el One (M9) puso especial esfuerzo, ya que la estructura se siente más sólida y los acabados angulares brindan una sensación más agradable para las manos. A simple vista las diferencias en comparación con el modelo anterior no son tan notorias, justo como pasó con el M7, pero basta usarlo durante algunos minutos para darse cuenta que el teléfono tiene un buen balance.

No importa cómo estés usando el One (M9), con una sola mano para scrollear o con 2 manos para escribir, la experiencia que ofrece es mejor que con un Galaxy S5 o un LG G3. Luce premium y muy resistente, pero a la vez es ligero, aunque no al punto de lo resbaladizo —hay quienes dicen que es lo opuesto, así que tal vez sea cuestión del manejo, más que del diseño—. Ayuda que el borde color dorado mejora el agarre con las manos, dado que sobresale ligeramente de los costados. Ahora bien, dado que el botón de encendido fue movido al extremo derecho, es más fácil de alcanzar con el pulgar. Por lo demás, casi no hay diferencias frente al M8 y si acaso, son detalles mínimos que no merecen tanta atención. Lo importante es que aún si la pantalla sigue siendo 1080p, la nitidez se percibe igual que con un panel 2K; además, el M9 presume buena calidad de colores, contrastes profundos y gran intensidad de brillo. Si bien HTC pudo haber usado la misma pantalla del M8, es evidente que son tecnologías distintas, pues la calibración de color del M9 es más fría —casi neutra—, mientras que en el modelo anterior todo se ve más vibrante y saturado.

En términos de desempeño, el One (M9) da la impresión de cumplir su propósito: funciona fluido, sin el más mínimo rastro de que algo afecte la velocidad. El responsable de esa condición tan satisfactoria no sólo es Android Lollipop 5.0.2, sino Sense 7, que recibió numerosas mejoras para optimizar el rendimiento. Lo interesante de la nueva versión del popular launcher de HTC es que su gran nivel de personalización es aún más fácil de utilizar; puedes cambiar el diseño de los íconos, el tipo de letra, los fondos —obviamente— y hasta la combinación de colores sin mayor complicación. Algo que se agradece de la interfaz, es que puedes configurar la información que aparecerá en el newsfeed, así que olvídate de recibir notificaciones abrumadoras, sólo llegará lo que realmente te interesa. El centro informativo que incluye HTC es mucho más eficiente que el de los Galaxy S, pues el contenido supuestamente está curado por expertos —muy al estilo de Flipboard—, mientras que en el caso de las tarjetas de Google Now el contenido es dependiente de tus hábitos y ubicación. El BlinkFeed de Sense 7 tiene más limitantes, se apega únicamente a los parámetros que tú defines.

Por último, hay cambios interesantes en la capacidad fotográfica. La cámara principal al fin dejó atrás la tecnología UltraPixel que tantos problemas dio con el One (M8) —por eso no hay un segundo sensor—, pero se la transfirió a la cámara frontal. Lo anterior significa que tienes más opciones creativas para las selfies y, desde luego, que la calidad de las tomas será mucho mejor, aún si estás fotografiando con poca iluminación. Dicho lo anterior, probablemente no verás mucha diferencia en comparación con otros teléfonos si tus autorretratos siempre son de día, pero agradecerás la tecnología si acostumbras salir de fiesta por la noche. Por otro lado, HTC tomó la ruta tradicional con la cámara frontal, así que en lugar de usar los mágicos pixeles que capturan más luz, ahora se trata de un sensor convencional de 20.7 megapixeles, con apertura f/2.0. Es decir, mucha resolución con suficiente nitidez, en especial si activas el HDR. Pero la ventaja real de las cámaras no está en el hardware, sino en la app para utilizarlas, ya que permite ajustar minuciosamente cada aspecto de la foto: valores manuales, efectos visuales, filtros e incluso, muy al modo de Lumia Selfie, modificar el aspecto del rostro —aclarar el tono de la piel, afinar los rasgos, quitar ojos rojos, etcétera—.

Seré muy directo: el One (M9) está diseñado para triunfar. Sí, tal vez su estética no es muy diferente de lo que HTC hizo en años pasados o incluso podría decirse que su propuesta carece de la necesaria innovación que impulsa al mundo tecnológico. No obstante, la clave de su concepto está en la sofisticación, pues HTC pulió cada aspecto hasta dejarlo casi perfecto. Es un equipo con propuesta sólida y convincente, no importa desde dónde lo mires. Mientras que Samsung había dejado de crear cosas nuevas por miedo a perder su corona, HTC tomó la decisión de mantener la la esencia para ofrecer un producto que realmente es más avanzado. Las posibilidades de éxito del One (M9) todavía están sobre la mesa, dado que hay muchos factores involucrados para que HTC cumpla su meta —incluyendo la competencia tan reñida—, pero al menos luce más llamativo que todos los predecesores del Galaxy S6.

El HTC One (M9) estará disponible en México a finales de abril con un precio aproximado de $11,999 MXN.

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