Ha pasado un año desde que Razer anunció Project Fiona, una tablet pensada para que los jugadores experimentados pudieran llevar lo mejor de su entretenimiento favorito a todas partes, pero al fin está lista y tras dedicar tiempo a este interesante dispositivo podemos decirte nuestras primeras impresiones.
Y es que CES 2013 fue sede para que Edge brillara bajo los reflectores, al combinar el moderno Windows 8 con un procesador Intel Ivy Bridge, y así ofrecer un poder envidiable en un espacio que rivaliza con las tablet más codiciadas de la actualidad. La diferencia a otros dispositivos similares, es que Razer complementa el alto desempeño con tres útiles periféricos: un puerto con teclado y mouse, un par de controles en forma de manubrios y una cubierta que incluye batería adicional. Los componentes pautan diversidad de modalidades dependiendo de tus necesidades, ya sea que quieras jugar al estilo de PC o similar a consola, pero al margen de lo que busques, tener todas las opciones significará un fuerte desembolso monetario.
A la realidad, la tablet no es muy ligera, aunque la parte trasera tiene una textura granulada que ayuda a un mejor agarre cuando la sostienes en tus manos, y una vez que comienzas a agregar aditamentos, el volumen y peso crecen considerablemente, tanto que cuando la agarras por los extremos ya con los controles integrados es mejor descansarla sobre alguna superficie, ya que de lo contrario tus muñecas comenzarán a reclamar por dolor o fatiga después de un par de minutos. Tampoco ayuda que parte de la configuración de botones sea poco natural, pues en particular cuesta trabajo mover las palancas mientras presionas los hombros (que vienen en pares) y los gatillos
Fuera de las generosas dimensiones, es difícil cuestionar la funcionalidad de Edge en todos los frentes.
Fuera de las generosas dimensiones, es difícil cuestionar la funcionalidad de Edge en todos los frentes. Por un lado logra ventilar el calor de manera eficiente aún cuando exiges el máximo desempeño, gracias a un par de ranuras en la parte superior, y por otro brinda gráficos decentes con estable fluidez. Sin importar que estés jugando Dishonored o Civilization V, la respuesta es excelente, si bien la calidad visual no es excepcional, ya que la configuración de cada juego demostrado estaba en los valores mínimos. Los gráficos pobres son entendibles si consideramos que el GPU de Nvidia, un GeForce GT 640M, es de última generación pero de modesto desempeño y que su principal atributo no está en el buen rendimiento sino en una forma diminuta y de bajo consumo energético.
El problema como con toda pieza de tecnología tan extravagante es el precio, que comienza en $999 USD y asciende hasta $1,699 USD con todas las características al máximo y en un paquete que incluye los tres aditamentos. De primera impresión llama mucho la atención, pero a tan alto costo tal vez conviene más comprar una laptop dedicada para juegos y pagar la ligera diferencia de precio, después de todo, tener un híbrido tan flexible resulta interesante y hasta conveniente, aunque una vez que la miras con la cabeza fría te das cuenta que está limitada en cada perspectiva: como laptop, como tablet y como consola de videojuegos.
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