Una versión mejorada de la D4 que apuesta por la velocidad

Este nuevo modelo tiene un ISO forzado de hasta 409,600 y toma 11 fotogramas por segundo

Si bien los sistemas completamente electrónicos comienzan a reemplazar de manera definitiva la funcionalidad de los espejos en las cámaras profesionales, aún existen diferencias notables entre ellos. Nikon decidió seguir la tradición y actualizar su modelo insignia, la ya de por sí poderosa D4, con diferencias que, a simple vista, lucen muy modestas pero en términos de eficiencia y desempeño son importantes.

Bajo la denominación de D4S, este nuevo modelo se centra específicamente en la velocidad y en incrementar los valores. Por ejemplo, la sensibilidad ISO alcanza un máximo calibrado de hasta 25,600 y en modalidad forzada, llega a la impresionante cifra de 409,600; sobra decir que el número exige un ambiente muy controlado o que el fotógrafo cuente con mucha experiencia. Sobre la misma línea, otra distinción notable de esta sucesora frente a la generación anterior es que la velocidad de disparo es capaz de tomar hasta 11 fotogramas por segundo, cuando se trabaja en colaboración con el sistema de enfoque continuo. La cámara es capaz de generar 200 tomas en JPEG a máxima resolución antes de que se llene el buffer. Al respecto, Canon ostenta más potencia con los 14fps de su 1DX, pero Nikon rinde mejor durante sesiones demandantes.

En cuanto a virtudes del autofoco, Nikon presumía hace algunos meses que estaba trabajando en un proceso más inteligente de detección. Con la D4S se consuma esa promesa, pues mantiene los 51 puntos de AF pero se vale de un nuevo sistema de seguimiento, que agrupa los elementos de cada zona para capturar con mayor precisión los objetos que se mueven a gran velocidad.

Nikon también mejoró la capacidad para generar el bokeh, es decir, aislar el plano de enfoque de los otros para generar un efecto desenfocado. Además de hacer algunos ajustes al modo de bloque activo, para incrementar la exactitud, los ingenieros de la D4S mejoraron el enfoque automático para que sostenga buenos resultados incluso cuando la escena tiene iluminación muy escasa, por debajo de -2 EV.

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Ahora bien, una cualidad adicional de la 4DS es que puede grabar video en muy bajas condiciones de luz. Nikon no explica la naturaleza detrás de esas mejoras, pero es suficiente decir que, al menos, hay más variedad de efectos para sacar provecho de esa virtud, como timelapse, que permite ajustar los valores de la transición. Fuera de las situaciones especiales, la cámara produce video en resolución 1080p a 60 cuadros por segundo, lo que se suma, al fin, a la tendencia de las abanderadas de otras compañías. Dicho lo anterior, a Nikon le queda abordar el 4K con su próximo equipo premium.

Algo que podría resultar buena noticia para ciertos profesionales, es que se incluyó un nuevo formato RAW de menor resolución, el cual aún si no conserva cada pizca de información intacta, facilita la tarea para fotógrafos que no necesitan tanto detalle. Nikon aprovechó el nuevo tipo de archivo para agregar una ranura para tarjetas CompactFlash, que se complementa con la no medianamente popular XQD.

A simple vista, la D4 y la D4S lucen idénticas, de hecho más allá de imperceptibles modificaciones en la empuñadora y la posición de algunos botones, se trata del mismo armazón. Desde luego, hay una diferencia inevitable: el precio. Este nuevo modelo costará $6500 USD, cuando sea lanzado el próximo 6 de marzo en el mundo. En opinión del fotógrafo promedio, es probable que la actualización no amerite tanto gasto, pero sin duda los especialistas aprovecharán las innovaciones y mejoras, por mínimas que sean.

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