Desde hace años se sabe que las baterías de litio-sulfuro ofrecen un método ideal para brindar energía a todo tipo de dispositivo. Estas baterías ofrecen más del doble de densidad que las baterías de ion de litio, pero con un precio mucho más bajo, ya que el sulfuro es extraordinariamente barato. Sólo hay un problema, y es la principal razón de que estas baterías no se utilicen de manera comercial, el sulfuro se disuelve rápidamente y las baterías tienen una vida útil demasiado corta.
Sin embargo, los investigadores del Berkeley Lab podrían haber encontrado una solución para este problema. Estos investigadores descubrieron que un derivado de las algas rojas, conocido como carrageenan, puede estabilizar las baterías de litio-sulfuro, lo que ayudaría a hacer esta tecnología viable para uso comercial. Aparentemente, si se utiliza este derivado como aglutinante, reacciona con el sulfuro y previene que este se disuelva. El siguiente paso sería asegurar que se puede lograr crear una batería que dure y resista miles de ciclos de cargas, para demostrar su superioridad.
Los beneficios de esta tecnología son evidentes, de entrada, tu laptop y tu smartphone podrían utilizarse durante más tiempo con una carga, aun cuando el precio de las baterías bajara. Sin embargo, estas baterías también son más ligeras, lo que las haría ideales para su uso con drones y aeronaves eléctricas. También podría ayudar mucho al desarrollo de vehículos eléctricos, ya que estos podrían ofrecer un rango mucho más alto, reduciendo incluso el peso del vehículo y el costo de las baterías.
Obviamente, los desarrolladores necesitan investigar más esta tecnología y deben entender mejor la interacción entre el carrageenan y el sulfuro, por lo que estas baterías no llegarán en el futuro cercano a hacer tu vida mejor, sin embargo, la promesa futura existe y su ventaja sobre otras propuestas son su bajo costo y la reducción de peso.
Deja tu comentario