Ya pasaron 5 años desde que Microsoft inició su sueño llamado Windows Phone y a la fecha, sigue convirtiéndose en una horrible pesadilla. Decir que el sistema operativo está muerto es llegar a un extremo, pero tampoco suena tan descabellado, pues todos los esfuerzos para atraer a los desarrolladores —y enriquecer el ecosistema de apps— han sido insuficientes. Claro, seguir lanzando teléfonos sin alguna cualidad ganadora tampoco está ayudando.
Tal vez por eso el Lumia 650 será el último de su linaje y, muy probablemente, el inicio de un una nueva era para los teléfonos con el sello de Microsoft. Los rumores dicen que ahora le tocará la oportunidad a Surface de ser la base para una nueva identidad. ¿Cuál será el enfoque? Por ahora nadie lo sabe con certeza, pero tendría sentido que lo usen para empujar todas las apps y servicios de productividad.
Y de hecho la propuesta del Lumia 650 sirve como evidencia, pues se trata de un equipo que cuesta $199 dólares y que está dirigido a los negocios. Su armazón es de metal, el diseño es una mezcla de sobriedad con estilo sofisticado, mientras que los specs dejan un poco que desear (Snapdragon 212, 1 GB en RAM, pantalla 720p de 5", 16 GB de almacenamiento y batería de 2000mAh).
A simple vista parece algo "decente", pero la realidad es que no importa si tuviera lo más novedoso de Qualcomm, 8 GB en RAM y una batería de 9000mAh, el asunto de las apps sigue siendo una limitante terrible. Esa es una de las tantas razones por las que Apple vendió 75 millones de iPhones en el trimestre más reciente, mientras que de Lumia se vendieron sólo 4.5 millones.
Además, al Lumia 650 le faltan 2 cualidades esenciales de Windows 10: el reconocimiento facial de Windows Hello y Continuum, la característica tan aplaudida que te deja usar tu teléfono como monitor —entre otras cosas—.
Se supone que Microsoft está trabajando en un proyecto muy ambicioso de smartphones del cual sabremos este año. ¿Será que tendrá compatibilidad con los HoloLens o que ofrecerá una experiencia de uso única? Es difícil saber la respuesta, pero si algo nos dejó claro el Fire Phone y otras tecnologías novedosas del pasado, es que hace falta más que un concepto bonito para convencer a la gente.
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