Nintendo ha hecho un montón de cosas diferentes durante 2015: comenzó a ofrecer DLC en sus títulos más importantes, reconoció el bajo rendimiento en ventas de su consola estrella, anunció alianza con DeNa para desarrollar juegos para celulares y quizá la movida más ajena a ellos… juegos free to play.

Este modelo de juego/negocio tiene muchos detractores, quienes acusan a las compañías de matar al gaming con tal de obtener ganancias, sin embargo estas furiosas voces se pierden ante los millones de jugadores casuales que sin pensarlo mucho instalan un juego “gratuito” en sus dispositivos para jugar un par de veces y dejarlo o volverse completamente adictos.

El ejemplo más claro del éxito de este negocio es sin duda Candy Crush, que ni siquiera es un juego innovador, pero supo explotar de manera muy eficiente al público, lo cual le valió ser comprado por la gigante del entretenimiento interactivo Activision.

Uno pensaría que este modelo de negocios es exclusivo de los smartphones y tabletas, pero ya desde la pasada generación de consolas vimos juegos que ofrecían descarga gratuita y una serie de microtransacciones necesarias para una experiencia de juego completa. Nintendo tardó un poco más —como de costumbre— en adoptar esta estrategia, pero —como de costumbre— se negó a hacerlo de la misma forma que los demás.

El primer juego que puede considerarse Free to Play para el Nintendo 3DS se llamó Rusty’s Real Deal Baseball, el juego en cuestión no sólo te ofrece la posibilidad de probar los minijuegos de forma gratuita para después ofrecerlos por una módica cantidad, sino que incluye una conmovedora historia la cual es del todo relevante pues con cada minijuego que adquieres conoces más sobre este personaje y te da la oportunidad de regatear el precio de cada minijuego, lo cual se refleja en el precio real.

Tiempo después Nintendo trató de imitar el éxito de Candy Crush con su propio juego de puzzle gratuito: Pokémon Shuffle. Este juego ya había probado suerte como un juego normal, sin microtransacciones ni DLC de ningún tipo; lo que comprabas era lo que jugabas. Al adaptarlo a este modelo además se permitieron transportarlo al mundo de los celulares con bastante éxito.

Finalmente Nintendo lanzó el día de ayer un juego de lo más sencillo: Nintendo Badge Arcade. Este título de descarga gratuita es la aproximación más simple y sincera que se me puede ocurrir a esta forma de hacer negocios. Explota la nostalgia de los fans, la creatividad de los usuarios y desde luego tiene una fórmula sencilla y adictiva.

Lo que me encanta de Badge Arcade es la honestidad cute con la que explica al jugador el por qué cobrar por jugar. Sin andarse con rodeos o endulzarnos la vista con items “premium”, “exclusivos” o “limitados”.

Nintendo lo hizo de nuevo, tomó un formato que todos creíamos conocer y le dio la vuelta, quizá no lo revoluciono, pero hizo algo que muchos agradecemos; fue honesto. El juego en cuestión no es la gran cosa, se trata de una versión digital de las clásicas y populares maquinitas de garra donde gastas montones de monedas tratando de pescar un muñeco de peluche que podrías comprar con la mitad de ese dinero… ¡Es la analogía perfecta! Invertimos cientos o hasta miles de pesos —o dólares— en juegos mediocres que solo nos dan satisfacciones temporales.

Badge Arcade podría simplemente vender las estampitas virtuales como ha hecho con los temas para personalizar las consolas de la familia 3DS pero prefirió entregarnos toda una experiencia de juego que seguro enganchará a mas de uno. Todos nos creemos más listos que aquellos que se acaban sus monedas en las arcades y las maquinas de peluches, pero Nintendo nos acaba dejar bien claro que no es así, pagamos sistemáticamente por entretenimiento y recompensas inutiles… asi que ¿quién es el listillo ahora?