Si crees que ya dominaste todos tus miedos y hasta te burlas con cada película de terror que ves, entonces tienes que viajar hasta Tustin, en California, para conocer The 17th Door, la "casa de los sustos" más terrorífica del planeta.
Los dueños de esta atracción garantizan que sin importar cuán valiente te sientas, terminarás deseando salir de ahí a los pocos minutos. E incluso te hacen firmar en la entrada una responsiva que libra de responsabilidad a los que trabajan ahí, "sólo por si algo sale mal en el momento en que te persiguen con un machete". En pocas palabras, una vez que entras, cualquier cosa que suceda será bajo tu propio riesgo.
Probablemente ese documento es parte de la experiencia escalofriante, para preparar la tensión desde el inicio, pero me queda claro que salir entero —emocionalmente... no estoy diciendo que te vayan a destazar— no es para los que tienen nervios de gelatina.
A diferencia de las clásicas casitas embrujadas de la feria, aquí los actores harán todo lo posible por hacerte sentir la víctima de la pesadilla. Eso significa que te jalarán de la ropa, te aventarán hacia el piso, te empujarán contra la pared y hasta te lanzarán ciertos objetos, mientras que la escenografía dará el toque adicional de realismo; si ves vísceras y sangre, ten por seguro que no son de utilería.
Dado que la experiencia de terror está tan bien ejecutada, puedes pedir una contraseña de escape al inicio del recorrido, con la que te dejarán salir en el momento que quieras. Pero en caso de que no tengas la clave o se te haya olvidado... tendrás que seguir enfrentando el terror hasta el final de la atracción. Lo importante es que la gente que organiza este juego macabro dice que cobran por hacerte sentir miedo y que harán valer cada centavo de tu dinero.
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