Nintendo explicó recientemente que su decisión de no llevar a Estados Unidos ni a Gran Bretaña la nueva iteración de su popular consola portátil, el 3DS, se debe a que la popularidad de la versión actual de la portátil no ha alcanzado su máximo nivel. Básicamente, Satoru Iwata, director general de Nintento, declaró que el lanzamiento del nuevo modelo detendría las ventas del 3DS y que estos mercados realmente no necesitan el nuevo modelo.
"Los mercados internacionales son diferentes del japonés tanto en sus etapas de popularización del 3DS como en sus características de mercado. Ninguna de las cifras de venta acumuladas del Nintendo 3DS en Estados Unidos ni en Europa es mayor que las de Japón aun cuando, basándonos en el desempeño histórico, existe un mayor potencial de ventas. En pocas palabras, el Nintendo 3DS todavía se encuentra en una etapa temprana de popularización en ambos mercados.", declaró Iwata.
Lo interesante es que la declaración del directivo es un poco contradictoria: por un lado, el número de ventas en Estados Unidos y Europa no ha superado a las de Japón, como él bien lo dijo, sin embargo, el volumen de ventas continúo al parecer es lo suficientemente alto como para seguir tratando de vender más unidades del 3DS de primera generación. Por otro lado, sin importar el número de unidades vendidas, resulta un poco difícil argumentar que estos mercados no necesitan el nuevo modelo, especialmente porque incluye un segundo stick análogo, una batería de mayor duración, un procesador más poderoso y un ángulo de visión 3D mejorado. En lo personal, todo eso suena como cosas que necesito.
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