La expectativa en torno al sucesor de Steve Ballmer sigue creciendo y la lista de candidatos no deja de reducirse. En esta ocasión, Alan Mulally, actual director general de Ford, confirmó en entrevista para la agencia noticiosa Associated Press, que no tiene interés en dirigir Microsoft, aun cuando encabeza la contienda.
“Quiero poner punto final a la especulación que me vincula con Microsoft, porque no tengo otros planes que no sean servir a Ford”, explicó Mulally y agregó que no dejará inconcluso su compromiso de seguir impulsando la estabilidad de “uno de los fabricantes de automóviles más importantes de la historia”. Por supuesto, una parte de su decisión proviene del profesionalismo y otra de la jugosa recompensa que está recibiendo por su excelente desempeño, pues tras salvar a Ford de la quiebra y posicionarla una vez más como fuerza competitiva en su ramo, recolectó para sí mismo $174.45 MDD.
Se dice que Microsoft consideró más de 100 candidatos, muchos pertenecientes a otras compañías
Lamentablemente para Microsoft, su candidato más fuerte queda descartado y en consecuencia, su futuro financiero podría correr peligro. Después de todo, Mulally era el favorito de la mayoría de los accionistas y ahora que afirmó no estar disponible, deberán optar por favorecer a otro ejecutivo o mover su dinero a negocios más fértiles.
El problema que enfrenta Microsoft en la elección de su próximo director general dista de ser simple. La empresa necesita a alguien con mucha experiencia, pero también con una visión fresca y sobre todo, con el ímpetu para revitalizar la división móvil, en especial ante la desaceleración de la industria de la PC. Con Mulally fuera de la jugada, el líder de la división de negocios y servicios en nube, Satya Nadella, tiene las mejores posibilidades de suceder a Ballmer, no obstante, su enfoque en el sector TI no concuerda del todo con el cambio de dirección de Microsoft. En todo caso, Stephen Elop luce como la opción ideal, si se considera su trayectoria en Nokia, aunque el declive de la compañía finlandesa y su eventual venta a Microsoft tampoco habla bien de las habilidades del directivo.
En teoría, faltan pocos meses o tal vez un par de semanas para que el destino de Microsoft se decida, pues el proceso de selección está programado para finalizar en fechas tempranas de 2014.
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