in-Feliz día de la Tierra: ésta es la condición climática actual de nuestro planeta

La huella ecológica de la humanidad está creando un daño que podría ser irreversible

Como cada año, incontables voces en favor del equilibrio ecológico y las asociaciones ambientalistas aprovecharon el Día de la Tierra para provocar conciencia en la gente —especialmente en redes sociales— acerca de la conservación de nuestro planeta y la importancia de reducir tanto como sea posible el impacto negativo de la humanidad en el ecosistema mundial. Pero a diferencia de años anteriores, 2015 fue clave para ejemplificar por qué hay tanta preocupación: los índices de dióxido de carbono siguen subiendo a un ritmo alarmante, el calentamiento global está deshielando el Ártico y continúa provocando sequías, mientras que los mares no dejan de llenarse con basura.

En este Día de la Tiera, nada mejor para festejar que enumerar los logros ambientales de nuestra civilización moderna:

Los niveles de CO2 en el aire rompieron record

No es un secreto que las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera aumentan de manera cíclica, pero en 2014 alcanzaron una nueva marca (402 partes por millón al mes, tan sólo en el hemisferio norte). De acuerdo con los expertos en la materia, tenemos únicamente 30 años para detener la tendencia de incremento, antes de que el fenómeno de calentamiento global rebase 2 grados; si el deterioro del aire sigue su curso, las consecuencias para el equilibrio climático serían desastrosas. El problema es que las moléculas de CO2 pueden permanecer en la atmosfera durante cientos años, así que las emisiones actuales seguirán afectando a las generaciones futuras. Obviamente, ese problema genera muchas consecuencias...

Un nuevo año, un notorio incremento en el calentamiento global

A pesar de lo que muchos pseudoexpertos aseguran, el calentamiento global es un hecho científicamente comprobado por las más reconocidas agencias meteorológicas del mundo y de los últimos 136 años en que se lleva registro del clima, 2015 sentó un precedente de calor extremo. No sólo se trata de lo que sucede en el aire, también los mares están incrementando su temperatura. La consecuencia va más allá del descongelamiento de las zonas polares —que de por sí ya es problemático para las regiones costeras, pues el deshielo aumenta 13.3% cada década—, también habrá una mayor acidificación en las aguas oceánicas y con ello, una reducción considerable en la producción natural de plancton. Al final, la cadena alimenticia marítima se dañará severamente.

Hay sequías sin precedente

En la historia moderna han habido muchos periodos de sequía en diversas regiones del planeta, pero de ser una tendencia cíclica cada cierto tiempo, comienza a ser una constante. Por ejemplo, en California están enfrentando grandes complicaciones para el abastecimiento de agua, al punto de que racionarán la cantidad por región. Según un pronóstico de las Naciones Unidas, el pésimo manejo de administración acuífera de la comunidad internacional llevará a que en los próximos 15 años se reduzca 40% la ración de agua potable de manera permanente. Lo grave es que la agricultura ocupa la mayor parte de las reservas de agua y de aquí a 2050, el consumo incrementará al doble.

La hambruna empeora

Al combinar sequías, con el constante incremento de población, la producción agrícola necesariamente tiene que reducirse y el resultado es inevitable: más hambruna. Si bien los países pobre o con economía emergente son los que sufrirán más de los estragos de suministro alimenticio, la UNESCO calcula que en 2050 el índice de hambre a escala global crecerá un mínimo de 20%, incluyendo en las naciones más desarrolladas, como Estados Unidos, China o las zonas más importantes de la Unión Europea.

No parece haber un límite efectivo para la deforestación y la producción de basura

Aunque es cierto que los esfuerzos por frenar la deforestación han rendido frutos, todavía no es suficiente. Cada año se eliminan 72,000 kilómetros cuadrados de bosque, mientras que sólo se reforesta una cuarta parte; aún si la industria maderera se comprometiera a restablecer todos los árboles que derriba, tomarían aproximadamente 50 años para que la vegetación regrese a la normalidad. Por otra parte, la producción de basura es excesiva, pero fuera de que faltan un método eficaz para reciclar la mayor cantidad posible de ese volumen, hay más de 8.8 millones de toneladas de plástico que termina en el océano. Para 2025, el problema incrementaría a 155 millones de toneladas.

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