Una mujer de 37 años aprendió una dura lección después de que, preocupada por el desempeño escolar de su hijo de 15 años, decidiera quitarle su iPhone y, con él, todo pretexto para sacar bajas calificaciones. Esto ocurrió el pasado 28 de febrero, cuando, después de discutir acerca de la necesidad de dejar de jugar y estudiar, la madre y el menor forcejearon brevemente para ganar la posesión del teléfono.
Su hijo, obviamente hizo lo único que le quedaba ―además de estudiar― y se presentó ante la Guardia Civil, para realizar una acusación formal ante el Ministerio Fiscal, lo que derivó en la realización de diligencias judiciales y una presentación oral. El menor, apoyado por la fiscalía, cuya labor los obliga a ponerse del lado del demandante, presentaron cargos por delito de malos tratos en el ámbito doméstico y solicitaba una pena de 9 meses de prisión para su madre, además del pago de sus gastos legales.
Afortunadamente, el magistrado que revisó el caso, el licenciado Luis Miguel Columna, absolvió de inmediato a la mujer, asegurando que los hechos no constituyen un delito por malos tratos y que, al contrario, fueron realizados en cumplimiento de las obligaciones dictadas por la patria potestad sobre el menor. Desafortunadamente, el juez no condenó al menor a lavar urinales o algo por el estilo.
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