¿Alguna vez tuviste un servidor de Minecraft? Lo más probable es que sí —o uno de tus amigos lo administraba— y al principio todos jugaban felices en una versión inalterada de Minecraft. Con el tiempo, querías que el servidor se sintiera más tuyo y deseabas que existieran reglas únicas para guiar el comportamiento de los jugadores, además de características geniales que no encontrarían en otros servers. Querías que todo fuera perfecto, para así, convertir tu servidor en un gran lugar para vivir y jugar. En pocas palabras, te pusiste a añadir mods como loco. (No te me vayas, te prometo que todo esto está relacionado con Android N y la fragmentación que sufre el ecosistema de este sistema operativo).
Fue entonces cuando a Mojang (la compañía detrás el juego) se le ocurre lanzar una nueva actualización para Minecraft y de inmediato todos tus mods crashean sin cesar. Tú y los desarrolladores de mods ponen manos a la obra para parchar todo lo necesario para que tu mundo perfecto lleno de dicha y diversión logre existir en la nueva versión de Minecraft, pero dependiendo del tamaño del update, dicha tarea podía convertirse en un proceso tedioso, el cual te arrebataría meses de tu tiempo y esfuerzo. Por esta razón, muchos devs y administradores de servers frustrados, suplicaron a Mojang para integrar la API de modding en el núcleo del juego.
Si Android N es lo que promete, entonces podemos decir que está pasando algo similar a lo que sucedió con Minecraft. La fragmentación en el ecosistema de Android es una situación que tiene irritados a los desarrolladores de apps, pero más importante aún, genera problemas relacionados con la seguridad y provoca que los tiempos de actualizaciones a las versiones más recientes de Android tomen una eternidad o que equipos relativamente recientes se queden el resto de sus vidas sin soporte oficial. Lo más triste es que esto es algo que aún sufren los usuarios de Android con todo y que Marshmallow acaba de salir hace poco.
Lo que busca hacer Android N, es dividir Android en 2 piezas distintas: camerinos y escenario. En los camerinos, Google se encargará de hacer un sistema operativo que será el mismo en todos los dispositivos, mientras que en el escenario, los desarrolladores podrán hacer lo que se les pegue la regalada gana en términos de personalización, así que cada marca podrá añadir el look & feel que más les convenga. Motorola aún puede tener su Moto Display, Samsung integraría su Blocking Mode y Lenovo podría poner lo que sea que quiera en la pantalla de bloqueo. Todo esto sólo ocurriría frente al escenario.
Por su parte, lo que pasará tras bambalinas será un ajuste de tuercas y tornillos que harán que el sistema operativo funcione. Cosas como la seguridad caerán en esta categoría, lo que significa que las compañías no deberán preocuparse por integrar cada mes las mejoras de seguridad que Google considere apropiadas o urgentes cada mes. Google sólo tendrá que añadir un parche desde los camerinos, mientras que el show en el escenario continúa sin complicaciones.
Actualmente, el Android que conocemos es una sola pieza. Cuando Google lanza una nueva versión del sistema operativo, los fabricantes de smartphones y las operadoras tienen que poner manos a la obra para modificar el software y, en algunas ocasiones, lo construyen desde cero. Esta es la “sencilla” razón por la que las actualizaciones son súper tardadas y es la misma situación que genera que muchos equipos se quedan atrás. Simplemente no existe la mano de obra para que cada uno de los teléfonos se encuentre al día.
Android N se encuentra en fase preliminar, pero si lo que vemos es real y Google se esfuerza en hacer que el próximo sistema operativo acabe con la fragmentación, entonces la frustración entre usuarios y desarrolladores desaparecerá, y el futuro de Android resplandecerá con más brillo que nunca.
Hasta la fecha Google no ha hecho algún comentario oficial sobre este tema, pero todo parece indicar que los días de la fragmentación en Android están por llegar a su fin. Sólo nos hace falta esperar a las futuras versiones de Android N para ver si todo esto es verdad o si seguiremos sumidos en la oscuridad que genera la basta sombra de la fragmentación.
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