La visión es una de las principales herramientas que usas para conocer tu entorno. Confías en tus ojos para obtener mucha información y no dudas en su veracidad. Sin embargo, no todo lo que ves es real, de hecho, los colores no existen, sólo son percepciones de cada observador y varían según su contexto.
Aquí verás algunas de las ilusiones ópticas de color más conocidas y su explicación científica.
El vestido
Esta imagen llegó a todo el mundo en menos de un día. Es el ejemplo más claro de que no vemos los mismos colores. El vestido, como seguramente lo recuerdas, se trata de una fotografía de esta prenda que algunas personas ven blanco y dorado, mientras que otras aseguran que es azul y negro. A pesar de ver la misma imagen e incluso la misma pantalla, no podíamos entender por qué las descripciones variaban tanto.
El oftalmólogo y retinólogo director del Instituto de la Mácula y de la Retina, Jordi Monés, explicó al diario El País que nuestras percepciones dependen de la retina y de lo que nuestro cerebro ha aprendido durante toda la vida.
Monés explica que hay tres tipos de fotorreceptores llamados conos que son los responsables de discernir entre colores. Los conos se encuentran en la retina y ésta puede ser alterada por muchos factores como la edad, enfermedades genéticas o la composición del líquido interno del ojo.
Además, es importante que sepas que, para determinar los colores, el cerebro hace comparaciones entre lo que está percibiendo y la información que ha aprendido. Al ser un proceso totalmente cerebral, los matices pueden alterarlo por completo. De hecho, hasta el fondo de la imagen influye en cómo lo percibimos.
La famosa imagen creó visiones distintas por la cantidad de luz que reflejaba el vestido. La saturación lumínica hacía que la tela del vestido brillara tanto hasta crear un color que para muchas mentes entraba en el umbral de los colores blancos. Con otras cámaras de más calidad, el mismo vestido podía verse azul.
En el caso del vestido, todo depende del conocimiento e interpretación que hay en tu cerebro.
Paisaje en blanco y negro
Éste es otro de los fenómenos más famosos en internet. Se trata de la imagen de un paisaje en blanco y negro, no hay duda de eso… al principio. Pero después, se nos presenta la misma imagen con un punto azul al centro e iluminada con colores muy brillantes que no tienen sentido.
Después de fijar la mirada en la segunda imagen por algunos segundos, regresamos a la primera —en blanco y negro— y nuestro cerebro hace que la veamos con colores. Inténtalo con el siguiente video.
Este truco ocurre por el Proceso de Oposición de Colores descubierto por Ewald Hering en el siglo XVII. Hering notó que hay combinaciones de colores que nunca vemos como rojo verdoso o azul amarillento, sin embargo, sí vemos azul verdoso o rojo azuloso.
Con su teoría, Hering explica que la percepción del color es controlada por 2 sistemas de oposición en el cerebro: el mecanismo azul - amarillo y el rojo - verde.
El proceso de oposición del color funciona con excitación e inhibición con los 2 componentes de cada mecanismo. Por ejemplo, el color rojo crea una respuesta de excitación o positiva, mientras que el verde crea una respuesta de inhibición o negativa. Estas respuestas son controladas por neuronas oponentes que se excitan con algunas longitudes de onda y se inhiben con longitudes de onda opuestas en el espectro.
Entonces, en el ejercicio del video, cuando ves la segunda imagen y te concentras en el punto azul, los receptores de esos colores se fatigan y cuando regresas a la imagen en blanco y negro, esos receptores ya no funcionan correctamente y sólo puedes percibir sus opuestos. Por eso puedes ver colores aunque no estén ahí.
Técnica para cambiar percepción de colores
Hay un efecto óptico con el que puedes cambiar el funcionamiento de tu cerebro hasta por 3 meses. Basta con ver un par de imágenes por algunos segundos y manipularás temporalmente la manera en que tu cerebro interpreta los colores. Se trata del efecto McCollough —llamado así por su creadora la psicóloga Celeste McCollough—.
La psicóloga canadiense descubrió que si miras por unos segundos imágenes de líneas blancas y negras y después centras tu mirada en rayas verdes y rojas, al volver a las primeras líneas, las verás verdes y rosas. Este fenómeno se llama post efecto de color contingente a la orientación.
Aquí, la explicación no está en la retina, sino en tu mente y ciertos procesos cerebrales que tratan de rellenar zonas sin color. Aunque no hay una explicación completa a este suceso, la teoría más aceptada dice que al concentrarte en las imágenes con color, provocas que las neuronas en la parte baja y monocular de la corteza visual —área del cerebro que procesa la información visual— vean color cerca de márgenes muy marcados.
La psicóloga Georgina Powell lo explicó al Daily Mail:
“Piensa en lo que pasa cuando vas de un cuarto oscuro a uno iluminado. Inicialmente, estás cegado por la luz, pero tu cerebro se ajusta rápidamente para que puedas ver con más claridad. En el efecto McCollough, el cerebro piensa que las líneas con esos colores deben ser un error porque no es natural estar expuesto a un patrón así por tanto tiempo, así que lo atribuye a un problema en el sistema visual y no lo percibe como algo real en el mundo. Entonces, el cerebro se reajusta para sustraer los colores y volver a blanco y negro. Por eso, al ver líneas que realmente son blancas y negras, sustrae los colores y crea la ilusión donde los colores son opuestos”.
Si lo quieres intentar, sigue las instrucciones.
1. Mira esta imagen por 1 minuto.
2. Haz lo mismo con esta imagen. Ve un recuadro primero y luego el segundo por 1 minuto o más.
3. Vuelve a ver la imagen en blanco y negro. Si lo hiciste bien, verás las líneas verdes y rosas. Esta percepción alterada puede durar desde un minuto hasta 3 meses.
4. Para regresar a la normalidad, varios investigadores proponen que veas estas imágenes —que son las mismas que en el paso 2, pero invertidas— y el efecto se revertirá.
Después de todo esto, sólo hay una conclusión: no puedes confiar ni en tus ojos.
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