Tecnología

¿Deberíamos permitir que los gobiernos bloqueen WhatsApp como hizo Brasil?

Un juez brasileño ordenó el bloqueo de la app en todo el país debido a que "se negaron a cooperar"

Con un aproximado de 30,000 millones de mensajes enviados diariamente y una media de 700 millones de usuarios activos al mes, WhatsApp es el indiscutible líder de las aplicaciones de mensajería instantánea, aunque no necesariamente es la mejor opción. Apps similares, como Telegram y WeChat, ofrecen más funciones y siempre han tenido excelente protección de datos; en comparación WhatsApp era prácticamente una puerta abierta para hackers y gobiernos.

En fechas recientes las cosas comenzaron a mejorar en WhatsApp con respecto al tema de seguridad e incluso hasta implementaron un nuevo método de encriptación (end-to-end), el cual hace que la app sea mucho más segura de usar; solamente las personas que envían y reciben los mensajes son capaces de leerlos. Así ni siquiera Mark Zuckerberg puede espiar en tus conversaciones. Lamentablemente la privacidad de los ciudadanos no siempre es del agrado de los gobiernos y con el pretexto de velar por la seguridad del pueblo, en varias ocasiones las autoridades han ordenado violar ese derecho. Hace apenas pocos días una corte en Los Ángeles, Estados Unidos, obligóa una señora a utilizar su huella digital para desbloquear su teléfono. ¿Y si las autoridades quieren ir más allá; no solo obteniendo la información de un individuo, sino la de todos?

Un par de semanas atrás las autoridades de la provincia de Jammu & Kashmir, en India, hicieron ley que todos sus habitantes dieran cuenta de cada grupo de WhatsApp en el que participaban; además, se confirmó que la población estaría bajo vigilancia constante. Seguramente la encriptación end-to-end de Whatsapp no le cayó nada bien al gobierno pues ya no pueden tener supervisadas a las personas.

Por otro lado, en Brasil acaba de suceder un caso aún más extremo. El juez Marcel Maia Montalvão ordenó el bloqueo de Whatsapp en todo el país durante 72 horas. Esto se debe a que las autoridades han estado rastreando a una banda de narcotraficantes desde hace algún tiempo, y se especula que se comunicaban mediante esta aplicación. Las autoridades brasileñas le pidieron a la compañía que los ayudara a rastrear y desencriptar mensajes de esa organización; sin embargo, debido a la naturaleza del nuevo sistema de seguridad, WhatsApp aseguró que no podía ayudar. Esto desembocó en el bloqueo de la aplicación en todo el país, afectando a más de 100 millones de usuarios. Y no es la primera vez que sucede; en diciembre el mismo juez ordenó una suspensión más corta y también mandó detener a un ejecutivo de Facebook en Brasil por "negarse a cooperar" en otra investigación.

Los sucesos que han acontecido en los últimos meses generan polémicas preguntas: ¿Qué tanta ingerencia deberían tener los gobiernos en las aplicaciones de mensajería instantánea o las redes sociales? ¿Si el objetivo de ellos es garantizar la seguridad del ciudadano, esto quiere decir que pueden violar la privacidad? ¿El fin justifica los medios?

Las respuestas son muy diversas y polarizaddas. Por un lado, es bien sabido que las organizaciones criminales utilizan o han utilizado estos medios para comunicarse. Además del caso anterior, se recuerdan casos como el de ISIS usando Telegram. Cuestionado sobre si dormía bien en las noches después de saber que terroristas utilizaban su plataforma, el CEO de Telegram comentó:

"Es una muy buena pregunta, pero pienso que la privacidad —y el derecho a ella—, es más importante que el miedo de que sucedan cosas malas, como el terrorismo."

¿Por algunos pecadores deben pagar todos los justos? Según este señor, no. Sobre el caso de Brasil, Whatsapp indicó:

"Esta decisión castiga a más de 100 millones de personas que dependen de nuestro servicio para comunicarse, administrar sus negocios y mucho más, para obligarnos a entregar informaciones que afirmamos repetidamente que no tenemos".

Hay que recordar que las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea son la forma de comunicación de millones de personas en el mundo, y no es agradable saber que todo lo que escribes puede ser monitoreado constantemente. Aún más allá, estas plataformas han servido para coordinar movimientos sociales cuando la opresión del gobierno es demasiado fuerte. Por ejemplo, durante la Revolución Egipcia de 2011, "Facebook fue utilizado para programar las protestas, Twitter para coordinar y YouTube para que el mundo conociera lo que estaba pasando." Si el gobierno hubiera tenido el poder de controlar estas redes, probablemente este movimiento nunca hubiera sucedido. La Revolución Egipcia terminó con un gobierno de opresión y corrupción de más de 30 años.

Así se vivió Revolución Egipcia de 2011
Así se vivió Revolución Egipcia de 2011

Las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea son un arma de 2 filos: pueden ser usadas por delincuentes para coordinarse; pero también le permiten al resto de las personas comunicarse, expresarse y dar a conocer al mundo información importante. Después de siglos de control total y opresión, ya se logró llegar a un punto donde la privacidad y la libertad de expresión son derechos aceptados —al menos en la mayoría de los países del mundo— . Aunque las nuevas tecnologías de comunicación pongan nerviosos a los gobiernos del mundo, estos deben confiar en sus propias maneras para garantizar la seguridad de sus pueblos, sin la necesidad de espiar o bloquear la comunicación de sus ciudadanos.

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