Entretenimiento

Youthering: el Vive Latino de los Youtubers

¿De qué te sirven millones de seguidores si no compran boleto?

El fin de semana se llevó a cabo Youthering 2016, un evento que reunió al público con las celebridades de moda: Youtubers. Con un cartel compuesto por más de 60 vloggers —algunos estelares y otros como parte de un grupo— la jornada de 3 días de “actividades” tuvo lugar en el salón principal del WTC de la ciudad de México.

El año pasado me había pronunciado bastante inconforme con la idea de que EGS —Electronic Game Show— centrara su oferta en youtubers, y aunque el evento tuvo reacciones encontradas por parte del público gamer, la cantidad de asistentes que convocaron los vloggers Alkapon3, iTownGamePlay y WereverWero, claramente compensó la inversión.

No hay que estar ciegos para saber por qué estos personajes son llamados “influencers”, cientos de marcas y eventos se han beneficiado con la popularidad que gozan este nuevo tipo de celebridades. Por eso solo era cuestión de tiempo para que existiera un evento que reuniera a los más cotizados —como WereverTuMorro y Yuya—.

Uno pensaría que gracias a los miles de millones de seguidores que reúnen entre todos, las entradas al evento se agotarían en cuestión de minutos, pero no fue así. La organización de Youthering reporta que solo el sábado 30 de abril —día que asistí— llegaron apenas 3 mil personas aproximadamente. Si los otros dos días fueron igual de concurridos, estamos ante una asistencia total de menos de 10 mil personas.

Para tener una idea más clara de la magnitud de esto, La Mole Comic-Con ocupó el mismo espacio hace 2 meses y logró convocar a más de 33 mil personas. No podemos comparar los eventos con justicia pues se enfocan en cosas distintas, y ciertamente el público es diferente.

¿Quíen fue a Youthering? Principalmente niños y adolescentes de 8 a 17 años—sin olvidar a los padres de familia— y uno que otro veinteañero extraviado. Todos ellos con sonrisas en la cara y una evidente emoción por respirar el mismo aire que sus ídolos, algo que habría sido difícil lograr de cualquier otra audiencia.

¿Abogado?¿Médico? No, yo quiero ser youtuber de grande.
¿Abogado?¿Médico? No, yo quiero ser youtuber de grande.

Pero entonces, ¿por qué no se llenó? El evento tuvo muchas fallas, desde los precios que iban de los $550 a los $1300 por día, hasta la falta de actividades. El formato nos recordaba al Vive Latino y todos esos festivales musicales, donde gracias a una variedad de escenarios hay presentaciones a todas horas. El problema a mi parecer es ese, por mucho que les guste pensar lo contrario, los vloggers NO SON ARTISTAS, no son músicos, y en su mayoría ni siquiera son comediantes.

Las presentaciones eran de 25 a 30 minutos en escenario, algunos hacían actividades con los fans, otros simplemente contaban una anécdota que les parecía divertida y unos más contaban su historia como testimonio de éxito. Evidentemente funcionaba con el público con el que estaban, a pesar de que nunca sobrepasaron los mil espectadores en un solo escenario, y eso era todo.

Sin contar los booths de Xbox y Just Dance, los stands de merchandising oficial y la presencia de algunos patrocinadores, el lugar estaba vacío —había unas zonas VIP claro, pero estas consistían simplemente de un corral con cojines para sentarse— y no había gran cosa que hacer. Los más afortunados podían conseguir gratis una foto con su youtuber favorito, y los que no, tenían la opción de pagar extra por el acceso a un meet & greet de 15 minutos.

De no ser por el booth de Xbox muchos habrían muerto de aburrimiento.
De no ser por el booth de Xbox muchos habrían muerto de aburrimiento.

Yo imaginaba talleres, conferencias, actos bien armados, transmisión en vivo por YouTube, mesas por todo el lugar para conocer a Sandy Coben, dónde poder tomarme una foto con la guapísima Daniela Bos y conseguir un autógrafo de Yayo Gutierrez... En lugar de eso me topé con una oda a los egos de estos personajes, un recordatorio constante de que ellos y el público están a niveles diferentes.

No se tú qué pienses, pero para un evento que se vendía como la mejor experiencia para los fans de YouTube, con el jugoso y numeroso público cautivo de miles de millones, y la pobre respuesta que obtuvieron, Youthering 2016 se perfila como un gran fracaso.

Si tú quisieras ir a ver 30 minutos de un grupo de chavorucos hacer las mismas bromas que encuentras en su canal de YouTube ¿pagarías más de $500 pesos por entrar? Esto habla del gran ego de estos personajes —que hasta se dieron el lujo de premiarse a sí mismos en los Youthering Awards—, de lo mucho que se subestima a nuestra juventud y del poco conocimiento que se tiene del mercado.

La gente fue a EGS a ver youtubers porque eran un extra, una atracción más, fue a el Vive Latino a ver a Galatzia como un complemento de humor, una broma. Pero la gente no fue a Youthering porque la oferta no compensó el precio del boleto, porque no valía la pena y porque le apostaron a un público que los sigue y los admira porque, como muchas otras cosas en internet, es gratis.

@Alkoriz

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