Los videojuegos abrieron paso a una serie de experiencias inmersivas que poco a poco nos han hecho sentir dentro de un mundo ficticio. Primero, los controles o mandos; después, los sensores de movimiento. Posteriormente, la realidad aumentada llegó para combinar el mundo real y el digital... el paso siguiente es lógicamente la realidad virtual.
Desde 2010 la industria de la tecnología ha invertido más de mil millones de dólares para el desarrollo de este ámbito. Ciertamente los fabricantes están emocionados con esta nueva área de oportunidad pues varios gigantes de la industria ya lanzaron o están a punto de lanzar al mercado sus periféricos VR, como Samsung, HTC, Oculus y Google. Todo apunta a que 2016 será el año del boom.
Sin embargo, por más que haya inversión, la industria de la realidad virtual todavía está lejos de convertirse en un estándar. Con las excepciones de Google Cardboard y Samsung VR, todos los periféricos existentes en la actualidad puede considerarse caros: PlayStation VR, $399 dólares; HTC Vive y Oculus Rift $599 dólares. Estos dos últimos además necesitan de una PC poderosa para funcionar bien (el dispositivo de Sony es compatible con PS4). Por lo tanto, para disfrutar plenamente esta tecnología se necesitan desembolsar al menos $1000 dólares. Definitivamente la realidad virtual aún no es un producto para las masas.
Otro problema al que se enfrenta la VR es la oferta. Es cierto, cientos de estudios están trabajando en aplicaciones o juegos para esta nueva tecnología, pero, al menos al momento, no hay algún producto en el mercado que justifique tal gasto.
Los afortunados que ya probaron alguno de estos periféricos aseguran que es una experiencia totalmente diferente que eleva exponencialmente el nivel de inmersión. Es totalmente cierto: la realidad virtual ofrece un área de oportunidad quasi infinita. En un futuro se podría utilizar como material didáctico para que los niños o estudiantes tuvieran un aprendizaje más "real". Por ejemplo, un estudiante de medicina podría utilizar esta tecnología para practicar una operación. La VR también permitiría experimentar situaciones de riesgo sin estar en peligro real. ¿Qué tal te suena viajar al fondo del océano desde la sala de tu casa, o que un soldado pueda practicar misiones desde el cuartel general?
Parece inevitable que la realidad virtual sea el futuro de la tecnología. Alvin Wang Graylin, jefe de esta división de HTC China asegura que esta tecnología "superará a los teléfonos inteligentes en 4 años". La consultora Analysis Group espera que la nueva industria genere de $3 a $126 mil millones de dólares durante este periodo. Sí, es un rango de valores muy grande, lo que demuestra que, al menos por ahora, la nueva industria sigue siendo una incógnita. El CEO de Unity (herramienta para desarrollo de videojuegos) lo dijo sin pelos en la lengua:
"Hemos creado tanta expectación (sobre la realidad virtual) que el grado de decepción será real en 2016 y 2017".
Sin embargo, el inicio parece ser sólido: Strategy Analytics espera que la VR genere más de $895 millones de dólares solamente este año.
¿Qué nos dice esto? Que la realidad virtual es extremadamente prometedora. Esa es la palabra clave: prometedora. Estoy seguro que la VR es el futuro de la tecnología y que en unos años será un estándar para las personas que gusten de experiencias inmersivas. Sin embargo, al menos este año, no lo será: la tecnología aún es muy cara, aún no hay oferta atractiva de productos, y además falta que varios gigantes de la industria se suban a este nuevo y emocionante barco (te estoy mirando Apple).
¿Cuándo crees que la realidad virtual realmente explote?
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