Ciencia

¿Por qué el agua de tu mesa de noche sabe raro por la mañana?

Sólo es agua, ¿no debería saber igual?

Antes de dormir, muchas personas se sirven un vaso con agua por si llega la sed a mitad de la noche. Cuando no lo hace, el agua se queda ahí hasta el amanecer y cuando la bebes, tiene un sabor distinto. Ese cambio es real, no eres el único que lo ha notado y la ciencia te explica por qué pasa.

Según Susan Richardson, química de la Universidad de Carolina del Sur, hay muchos factores involucrados. Para empezar, el agua no está compuesta sólo de 2 átomos de hidrógeno y 1 de oxígeno, también tiene otras moléculas y iones que determinan su sabor.

Cuando dejas el agua sobre tu mesa, absorbe algunas moléculas de dióxido de carbono porque el agua tiene la facilidad de disolver muchas sustancias. Al mezclarse el H2O y CO2, forman moléculas de ácido carbónico que cambian el pH del agua y la hacen más ácida.

Por otro lado, el agua que bebemos contiene un poco de cloro que mata las bacterias para que podamos consumirla. Estamos acostumbrados al sabor de esa cantidad de cloro. Pero cuando dejas tu agua expuesta al aire, el cloro —que es muy volátil— se evapora, se disipa en el aire y su ausencia también cambia su sabor.

Eso no es todo, la temperatura también afecta a tu vaso. Cuando el agua se entibia, sus moléculas se mueven más rápido y amplifican su sabor por lo que detectas más detalles de él. Cuando tomas agua fría, no percibes todos sus detalles.

Ahora, si dejas el agua mucho tiempo reposando al aire libre, los microbios lograrán entrar a tu vaso. Crecerán algas que tienen moléculas como geosmina y 2-metilisoborneol que producen olores terrosos.

Por lo tanto, si dejas tu vaso sólo una noche, no le pasa nada malo, puedes beberla sin consecuencias, pero no te confíes en dejarla por mucho tiempo.

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