Parece que la rebelión de las máquinas no llegará tan pronto como pensábamos. Una cosa es que estén desarrollando inteligencias artificiales súper avanzadas y otra, que el perro robot que tienes en casa sea capaz de conquistar el mundo. Al menos por ahora las máquinas son muy, pero muy torpes para ciertas tareas cotidianas —excepto las de Boston Dynamics, esas pueden aniquilarte en segundos—.
La evidencia perfecta se dio con un par de restaurantes en China, los cuales hasta hace un par de meses se enorgullecían por ser los primeros del mundo en tener meseros robóticos. En ese entonces decían que a diferencia de los humanos, un robot no se enferma, no pide vacaciones y "no se queja". Pero esa perfección laboral es superficial, ya que los androides aún no están listos para reemplazarnos y en este caso específico, son expertos para derramar la sopa caliente en el regazo de los clientes o salpicar agua hacia todas partes al tratar de llenar un vaso.
Los dueños de estos restaurantes trataron de hacer ajustes en la logística de su servicio, para que los robots tuvieran menos accidentes y que así, siguieran siendo la atracción principal. Desafortunadamente el esfuerzo no sirvió, porque al final tuvieron que cerrar debido a la muy baja clientela —tal vez la comida tampoco era muy buena—.
Queda claro que debemos esperar un par de décadas antes de que los robots sean sirvientes confiables... y un par de años adicionales para que se rebelen contra la humanidad. Pero veamos las cosas desde un lado positivo: despedir a una máquina es más fácil, sólo necesitas pedirle que se vaya a un deshuesadero de autos y que te espere ahí un par de siglos.
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