El acné es uno de los problemas de piel más comunes, especialmente en adolescentes. Todos hemos sufrido de acné a diferentes niveles y todos hemos tenido la experiencia de reventar un grano o punto negro a pesar de que mucha gente nos haya tratado de disuadir de hacerlo.
¿Pero qué tan cierto es que reventar granos o puntos negros es malo para la piel? La respuesta es: muy cierto. Un grano es como una pequeña bolsa bajo la piel que contiene grasa, bacteria e inflamación. El tronar el grano puede producir que los contenidos de esa pequeña bolsa se esparzan por la piel haciendo peor el problema, además de que puede resultar en infección y oscurecimiento temporal del área afectada.
En algunos casos la inflamación puede volverse tan fuerte que deja cicatrices cuando el grano desaparece y las cicatrices, a comparación del grano no son temporales.
Si te resistes a las ganas de reventar tus granos, por lo general estos desaparecen en menos de 1 semana y sin dejar cicatriz. Por lo general el “contenido blanco” termina por desvanecerse o salir espontáneamente al estar listo.
Si tienes un grano muy grande que requiera tratamiento, un dermatólogo puede ayudarte a liberar los contenidos de manera segura. Incluso podrían inyectarte algún desinflamatorio para desaparecer el grano en 1 o 2 días.
Si sufres de acné y es algo con lo que tienes que luchar constantemente, es aconsejable que visites algún dermatólogo para mantenerlo bajo control.
Por el momento se necesita mucha investigación para poder comprender las causas del acné.
Las glándulas sebáceas están localizadas en la piel en la base de los folículos, estas glándulas excretan aceite (sebo) para lubricar la superficie de la piel y el cabello. Todas las partes del cuerpo tienen glándulas sebáceas, a excepción de las plantas de los pies y de las manos.
Tradicionalmente se creía que el acné se formaba a causa de un mal funcionamiento en la muda o cambio de células de piel que rodean los folículos sebáceos, resultando en un aumento en el grosor de la piel y formación de puntos negros, espinillas y barros.
Pero recientemente se ha comenzado a tratar al acné como un desorden inflamatorio de la piel.
Hay varias cosas que puedes hacer para evitar el acné y ayudar a tu cuerpo en el tratamiento.
Acostumbrarse a una dieta saludable, bien balanceada y baja en azúcar. Esto incluye nueces, pescado, carne, frutas y verduras. Existen muchas evidencias que respaldan la idea de que una dieta sana con un bajo impacto en el índice glicémico (nivel de azúcar en la sangre) es beneficioso para prevenir el acné.
Algunos estudios sugieren que consumir muchos lácteos pueden contribuir al desarrollo de acné, pero se necesita una investigación más extensa para poder confirmarlo.
Evita exfoliar, limpiar y restregar en exceso la piel afectada. El acné no se desarrolla debido a tierra o suciedad y no puedes combatirlo con simplemente lavarlo. Usar muchos productos de limpieza pueden resecar e irritar la piel, agudizando el problema.
Utiliza desmaquillantes, humectantes y bloqueadores libres de aceite. (pueden venir etiquetados como “Oil free” o “non-comedogenic”)
Utiliza productos para la limpieza del cabello de origen natural o a base de silicón. Los productos grasosos para el cabello pueden hacer que se acumule más grasa en la piel y hacer peor el problema de acné.
Pero sobre todo, no truenes los granos que te salga, ten paciencia y permite que tu cuerpo los elimine sin lastimarte.
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