Esta extraña criatura podría cambiar lo que sabemos de la teoría evolutiva

Los tardígrados, también conocidos como ositos de agua, son unos animales diminutos que hacen honor a la frase “chiquito pero picoso”. Normalmente los puedes encontrar viviendo en el agua del musgo o de los helechos. Son prácticamente indestructibles y han experimentado suficiente con ellos como para comprobarlo.

Lo que sabíamos hasta ahora es que estos animalitos de medio milímetro soportan el vacío del espacio, temperaturas extremas de -200°C, sobreviven hasta 10 años sin consumir agua, no les hace nada la radiación y, por si fuera poco, si los intentas aplastar sólo se segmentan, o sea, les ayudas a reproducirse.

Ya que son extremadamente resistentes, muchos científicos se han dedicado a examinar su ADN para poder aprender de los genes que los hacen tan extraordinarios. Los investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill descubrieron algo fascinante: el genoma de estos animalitos se compone, en gran medida, de ADN de otros animales.

¿Qué significa esto? Pues imagínate que el 17% de ti, no fuera tu ADN, sino el de una mezcla de los animales con los que te has relacionado en tu vida. Los ositos de agua, siendo del reino animal, cuentan con genes de bacterias, algas y plantas y, según los investigadores, los obtuvieron por medio de transferencia, no herencia.

Esto nos interesa porque demuestra que este animalito tiene un poder impresionante de adaptación a su medio, ya que es capaz de transformar su ADN como sea necesario para sobrevivir. Con estos hallazgos, ahora se cree que los tardígrados reparan su propio ADN al incorporar genes útiles de lo que tienen a su alrededor. También abre la puerta a preguntas sobre la evolución y la herencia de características entre especies.

Checa el video para que conozcas a estas extrañas criaturas que podrían ser el futuro de nuestra teoría evolutiva:

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