Recientemente Volkswagen se vio afectada cuando les cayeron en la mentira sobre las emisiones contaminantes en sus automóviles. Después de dicho suceso, las organizaciones internacionales en pro del medio ambiente están mucho más alerta, y las compañías de electrónica de consumo no se iban a salvar; ahora hay una fuerte acusación sobre Samsung porque, supuestamente, la compañía coreana miente sobre el consumo de energía de sus televisores.
Lo que sucedió es que un laboratorio independiente descubrió que los televisores Samsung en Europa utilizan menos energía cuando se someten a las pruebas de eficiencia en el ahorro de energía, pero en un ambiente real, es decir, en un hogar promedio eso no sucede así. Una acusación delicada y que pone a Samsung en apuros porque de confirmarse, significaría que la compañía miente al consumidor con tal de vender sus productos, sin contar el daño ambiental que provoca.
Como era de esperar, inmediatamente la Comisión Europea planeó abrir una investigación para determinar si Samsung miente o no en sus pruebas ambientales. Por el momento, los coreanos ya negaron rotundamente el estudio e intentaron explicar un poco ―en pocas palabras intentaron justificarse y salvarse de un escándalo― lo sucedido.
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