La vida de un Stormtrooper no es nada fácil. Después de servir como carne de cañón para cuanto Rebelde se aparece, ser prácticamente esclavos de Darth Vader y para colmo, estar entumidos durante días vigilando instalaciones colosales que quién sabe para qué diablos sirven, las valerosas tropas del Imperio Galáctico merecen una medalla, o al menos un día libre para hacer lo que se les dé la gana.
A Jorge Pérez Higuera —un talentoso fotógrafo español— se le ocurrió mostrarnos la otra cara de lo cotidiano para el Stormtrooper promedio. Claro, eso si es que las fuerzas imperiales estuvieran apostadas en la Tierra, les pagaran sueldo y tuvieran que vivir lo mismo que cualquiera de nosotros.
Pero al final del día, ningún trooper está realmente sólo.
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