Si sueltas tu smartphone a la mitad del océano, ten por seguro que no lo volverás a ver. Sin embargo, el iPhone de Gregory Papadin tuvo la fortuna de viajar por accidente al fondo del mar y vivió para contarlo.
Papadin se encontraba tranquilamente disfrutando sus vacaciones en España cuando se le ocurrió aprovechar su funda resistente al agua y se metió al mar con el teléfono. Después de poner el iPhone en modo de grabación, accidentalmente lo soltó y el teléfono se hundió mientras capturaba su viaje al fondo del mar.
Gregory y su hermano intentaron rescatar el iPhone, pero la presión del agua era tal que fue imposible alcanzarlo. Por suerte, el dueño del bote que rentaron conocía una técnica de respiración que le permitió sumergirse más de lo que un vacacionista promedio puede hacerlo y recuperó el celular.
Nos da gusto que el smartphone sobreviviera, pues nos da la oportunidad de visualizar su lento descenso a las profundidades del océano.
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