Hace años, la tecnología y las prótesis se unieron para jamás separarse. Pero a pesar de los grandiosos avances que han permitido a las personas amputadas usar de manera funcional un reemplazo de su extremidad perdida, jamás han recobrado el sentido del tacto. Por suerte, Daniel Moran y su equipo de la Universidad de Washington, después de 3 años y $1.9 MDD patrocinados por DARPA, inventaron un electrodo que sirve como una interfaz entre los nervios y la prótesis, que permite a los usuarios sentir calor, frío y presión, mediante la estimulación de los nervios cubital y medio, los cuales se encuentran en la parte superior del brazo.
Moran y su equipo no han podido probar el electrodo en personas, pues primero necesitan determinar cuánta información sensorial se encuentra decodificada en el sistema nervioso. Por el momento, los experimentos con esta tecnología se han llevado a cabo en los brazos de unos primates, donde los investigadores miden los niveles de sensibilidad con la idea de perfeccionar las prótesis para cuando sean usadas por humanos en un par de años.
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