Mediante un comunicado oficial, Uber confesó que en 2014 identificaron la intrusión a su base de datos por parte de una persona externa a la compañía.
De acuerdo con Uber, la base de datos albergaba información de un pequeño porcentaje de sus conductores, como sus nombres y sus números de licencia. Como resultado, la compañía cambió los protocolos de acceso, lo que eliminó la posibilidad de acceso no autorizado.
Uber notificó a los conductores afectados y aseguró que hasta ahora no ha recibido reportes de el mal uso de la información potencialmente robada.
En el comunicado, la compañía dice: "Uber toma en serio la responsabilidad de salvaguardar la información persona, y lamentamos cualquier inconveniente que este incidente pudiera haber causado. Adicional a esto, hoy iniciamos un proceso legal que nos permitirá recopilar información para ayudarnos a identificar y a procesar a esta persona externa."
La intrusión única se dio el 13 de mayo del año pasado y puso en riesgo la información de cerca de 50,000 conductores a lo largo de múltiples estados, la compañía no aclara si es que esta vulneración afectó a choferes de otros países.
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