Kickstarter es una plataforma que ha ayudado a proyectos interesantes convertirse en protagonistas del mundo de la tecnología y los videojuegos. Basta con recordar que Oculus Rift surgió gracias al apoyo de la comunidad de ese sitio.
A pesar de sus ventajas, han existido casos que decepcionan o simplemente buscan embaucar a las personas. El más reciente se llama Anonabox, un router de código abierto que, según su creador, filtraría todo el tráfico de Internet por medio de la red anónima Tor. La meta inicial de la campaña era sólo $7500 USD, pero en tan sólo 5 días había recaudado 82 veces esa cantidad y, al momento de ser cancelado, contaba con $585,000 USD en aportaciones de los usuarios de la plataforma.
El viernes pasado, Kickstarter canceló el proyecto por completo debido a que no cumplía con las normas del sitio de crowdfunding. Específicamente, las que obligan a que el proyecto sea completamente original y no algo comprado en otro sitio y, posteriormente, presentado como un diseño propio.
De hecho, quienes se dieron cuenta del fraude fueron los mismos patrocinadores. August Germar, el supuesto inventor de Anonabox, usó una placa base que puede adquirirse en varias tiendas en línea de componentes chinos. Lo único que hizo fue modificar la capacidad de memoria de la placa y programarla a su entender. Además, al parecer el molde de la caja que contenía todos los componentes tampoco era original.
Lo peor es que el supuesto anonimato y protección de la privacidad que prometía Germar presentaba diversas fallas de programación, algo que también notaron los usuarios de Kickstarter.
La buena noticia es que al no haber finalizado la campaña, Germar no recibió el dinero, por lo que no será necesario hacer ningún tipo de reembolso a los patrocinadores. Sin embargo, esta situación plantea una pregunta importante: ¿por qué Kickstarter no revisó con detenimiento lo que planteaba el proyecto antes de publicarlo?
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