La trasgresión informática de la que la cadena Target fue víctima a finales el año pasado ha costado a la Asociación de Banqueros para Consumidores y a la Asociación Nacional de Unión Crediticia (CBA y CUNA, por sus siglas en inglés) $172 MDD y $30.6 MDD, respectivamente. Las instancias, que han reemplazado más de la mitad (21.8 millones) de las tarjetas comprometidas, originalmente proyectaron gastos por $153 MDD y $25 MDD, es decir, 12% y 19% menos en relación con las cifras reales.
Hace unos días, circuló el rumor de que el equipo de seguridad informática de Target estaba consciente de las vulnerabilidades del sistema de pagos. Sin embargo, la división responsable de la compañía hizo caso omiso a su advertencia.
La intrusión a Target involucró cerca de 40 millones de tarjetas de crédito, y casi 70 millones de datos personales, entre nombres, números telefónicos, direcciones de correo electrónicas y domicilios. La situación despertó el interés de las fuerzas políticas de Estados Unidos, quienes trabajan en nuevas leyes que garanticen el resguardo de la información bancaria de sus ciudadanos.
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