Hace unos días nos enteramos de que un artista creó una guía de supervivencia contra drones, en la que detallaba diversas tácticas para protegernos de ellos. Sin embargo, ni él hubiera podido imaginar que un grupo de pájaros se daría a la tarea de demostrar que estas aeronaves no pilotadas no son inmunes a su furia, además de confirmar que no se necesita de ningún esfuerzo extraordinario para hacer que algunos modelos sencillos se estrellen.
En el siguiente video podemos ver a un Phantom volar sobre un campo, mientras su operador captura video y trata de seguir los movimientos de algunos pájaros, quienes parecen inquietarse cada vez más y vuelan rápidamente cerca del drone hasta que algunos de ellos comienzan a golpearlo desde arriba. Al ver esto, el operador trata de aterrizar el aparato, pero después de unos segundos, las aves logran su cometido y la nave cae al piso.
Obviamente, el Phantom es un drone comercial, nada comparado con las aeronaves no pilotadas de reconocimiento que utiliza el ejército; sin embargo, si unos cuantos pichones pudieron hacer que se estrellara sin mayor problema y sin salir lastimados, nuevas dudas han surgido acerca de la viabilidad del uso de aeronaves no pilotadas para realizar entregas.
Algunos expertos aseguran que aves de presa más pesadas y poderosas que las vistas en el video atacarían a los drones al considerarlos una amenaza en su territorio y, en ese caso, no estaríamos hablando de un pequeño aparato de plástico cargando una cámara, sino de un drone más potente, con un mayor número de componentes metálicos, que podría caer desde una altura mucho mayor, en una zona urbana.
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