Dicen que es fácil pisar al caído y en el caso de Uber, decir que está destinado a caer puede parecer uno de estos casos, sin embargo, después de más de un mes de ataques continuos, casi todos ellos causados por la propia actitud de sus ejecutivos y su visión de negocios basada en la confrontación y el crecimiento agresivo, la situación no pinta nada bien para la empresa.
La gente odió que el CEO de Uber se alineara con Trump
En diciembre de 2016, Travis Kalanick, CEO de Uber se unió al grupo de consejeros económicos de Donald Trump y fue en ese momento que comenzó el calvario para Uber. El movimiento fue mal visto por una gran cantidad de usuarios en Estados Unidos, pero también por muchos de los empleados de la compañía, gente cuyo perfil socioeconómico no estaba alineado con el del grupo mayoritario de partidarios de Trump. Y, por si fuera poco, cuando la gente comenzó a hacer ruido, Kalanick defendió su posición dentro del grupo de consejeros de Trump, incluso después de haber afirmado públicamente que la prohibición musulmana era una aberración.
3/ I'm going to use my position on Pres economic council to stand up for what's right - https://t.co/L6U9LOv3IX
— travis kalanick (@travisk) January 29, 2017
De hecho, la situación comenzó a tornarse pesada para Kalanick cuando un grupo de empleados lo cuestionaron en repetidas ocasiones por su decisión, después de que Trump anunciara su infame prohibición musulmana. “¿Qué se necesitaría para que renunciaras al grupo de consejeros económicos?”, le preguntaron 2 empleados a Kalanick durante una junta. Dos días después, Kalanick renunció a su puesto como consejero. Sin embargo, el cielo apenas comenzaba a nublarse.
Acusaron a Uber de romper huelgas de taxistas protestando contra Trump
Las cosas realmente se tornaron oscuras para Uber con un tweet, publicado el 28 de enero, en el que la compañía avisó a los viajeros que desactivaría las tarifas dinámicas para viajes que comenzaran en el aeropuerto JFK, en Nueva York. Las redes sociales se volcaron en contra de Uber y los usuarios comenzaron a clamar por sangre. ¿Por qué? Sencillo, la gente tomó este gesto como un intento de Uber para sacar provecho del paro de labores llevado a cabo por los taxistas tradicionales, quienes habían suspendido su servicio como una forma de protesta en contra del banneo musulman emitido por Donald Trump en aquel entonces.
Esta situación derivó en el hashtag #deleteuber en el que miles de usuarios aseguraron estar deshaciéndose de la aplicación por su manera insidiosa de operar y aprovechar un movimiento de protesta social tan importante. Rápidamente, Uber reaccionó y aseguro que el propósito de su táctica fue precisamente no lucrar con la situación. Y revisando los horarios, el tweet en cuestión fue lanzado después de que la manifestación había acabado, pero que el público había entendido mal su motivación, sin embargo, el daño ya estaba hecho y #deleteuber se volvió trending. Esto nos hace cuestionarnos de donde viene tanta animosidad en contra de la compañía.
Los choferes acusan a Uber de explotación
Este es quizás uno de los puntos más entendibles de la situación: los conductores de Uber son considerados socios, no empleados de Uber, por lo que no gozan de beneficios como seguro, gasolina, mantenimiento de los vehículos, prestaciones, etcétera. Y Uber se rehúsa a ceder en este aspecto, principalmente porque se calcula que, tan sólo en Estados Unidos, el costo de hacer esto sería de aproximadamente $730 millones de dólares.
Y si esto fuera poco, la compañía parece no poder esperar para encontrar nuevas formas en las que traicionar a sus socios. Ya hablamos del inquietante e inminente problema que representará para los conductores de Uber (especialmente en países de primer mundo) el programa de flotillas de vehículos autónomos que Uber está desarrollando, cosas como no prestar atención a las quejas y necesidades de los conductores son obvias y están bien documentadas. Pero, una enorme cantidad de choferes siente que Uber está dispuesto a sacrificar su bienestar en cualquier oportunidad posible, como con Uber Pool, un servicio que representa mayor ganancia para Uber, pero también mayor incomodidad para los conductores y pasajeros por igual, además de que representa una ganancia menor para los primeros.
Y los conductores han hecho huelgas, han cancelado viajes y han tratado de dialogar con Uber respecto a estos problemas, pero a Uber simplemente no le interesa y esto queda claro una y otra vez. Por ejemplo, hace poco hubo una sesión de preguntas y respuestas con Jeff Jones, presidente de Uber, quien se tomó media hora de su tiempo para contestar 12 preguntas del casi medio millón que fueron acumuladas durante un largo tiempo, lo que para muchos representó una triste realidad: a Uber no le importa ni le interesa arreglar la situación con los conductores.
Acusan a Uber de condonar acoso sexual a sus empleadas
Ahora, esto refleja parte de los problemas con los trabajadores, sin embargo, Uber también tiene problemas en casa y problemas graves. En días pasados, una ex empleada de Uber dio a conocer que la compañía mantiene un ambiente laboral terrible, en el que el acoso sexual forma parte de la vida diaria de muchas empleadas, sin embargo, Uber parece tomarlo más como una molestia que como un problema serio.
Susan Fowler Rigetti, la ingeniera que publicó esta información, aseguró que, después de ser acosada por su jefe directo, desde el primer día de trabajo, reportó el incidente con recursos humanos, quienes le dijeron que este no era el primer caso de acoso sexual reportado en relación con su jefe, sin embargo, él era un empleado que daba buenos resultados. Esto prácticamente significaba que Uber no haría nada en su contra y presionaron a Susan para seguir trabajando con él, aunque no quisieron engañarla y darle falsas esperanzas, así que recursos humanos le hizo saber que no esperara mucho de su relación laboral posterior con su jefe, ya que era probable que este le diera una mala evaluación laboral por haberlo acusado.
Tras las primeras acusasiones, Travis Kalanick salió a la defensa de su compañía, condenó este tipo de conductas y se enojó tanto que creó un equipo de investigación formado por miembros de la junta directiva y gente que se encontraba en la nómina de Uber, ya saben, para mantener las cosas honestas. Pero esto fue solo el principio y el blog de Susan sirvió como punto de partida para que varias otras mujeres que habían trabajado para la compañía narraron historias parecidas dentro de la empresa.
La situación es tan grave que incluso accionistas de Uber han declarado estar muy decepcionados, tanto con Kalanick como con Uber en general. Estos mismos accionistas denunciaron a los miembros elegidos para investigar el asunto y detallaron el conflicto de interés que tenían en el asunto. Además, el mensaje ya está en el aire y, como un exejecutivo de Uber declaró, será difícil seguir reclutado a las mentes más brillantes ahora que se sabe lo que sucede dentro de la compañía. Y es que Fowler también reveló que en Uber existe un juego de poder constante, en el que los empleados tienen como misión tratar de sobrepasar y reemplazar a sus jefes, de manera que las traiciones y el sabotaje son comunes en la empresa. Lo extraño es que ahora Fowler asegura que Uber la está investigando usando un despacho jurídico distinto al que usa normalmente.
“Las ramificaciones de esos juegos políticos son significativas: varios proyectos se abandonaron a diestra y siniestra.”, declaró Fowler.
Y las ramificaciones de todas las actividades extrañas, confrontativas e incluso ilegales que Uber ha hecho a lo largo de su ascenso en el mundo de la tecnología parecen estarse revelando actualmente. En la siguiente parte de este artículo veremos algunas de las cosas que podrían terminar con el reinado de Uber. Entre estas tenemos acusaciones de robo de tecnología, el plan de Uber que podría dejar sin trabajo a todos sus choferes y el problema más grande de todos, Uber simplemente no puede generar ingresos.
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