El verdadero Xperia Z4 tiene que sorprendernos

Sony necesita crear un concepto irresistible o la división móvil morirá

Dejemos atrás los rumores y la especulación para establecer algo que simplemente necesita confirmación: el Xperia Z4 no será una copia barata y mediocre del Xperia Z3, sino un genuino paso hacia adelante en la trayectoria de Sony en el mundo de los dispositivos móviles. Después de todo, es ilógico que la compañía lance un teléfono con tan poca innovación justo en este momento, cuando su división de dispositivos móviles enfrenta severas complicaciones financieras. Si por alguna razón nos equivocamos —y el mediocre Xperia Z4 presentado en Japón es la versión internacional—, significaría una muerte definitiva para Xperia como marca, así como para los teléfonos y tablets que portan el logotipo de Sony.

La única alternativa que tiene Sony es sorprendernos con su próximo smartphone de gama premium.

En opinión de muchos analistas y expertos de la industria, Sony debería abandonar el mundo de los móviles para enfocar mejor sus cada vez más limitados recursos. Por supuesto, esa perspectiva no es una simple crítica tendenciosa; por el contrario, la empresa ha tenido tan poco éxito a escala global con la familia Xperia —al menos en comparación con sus rivales—, que no deja de perder dinero y existe el riesgo de que esa inestabilidad se contagie hacia PlayStation. Sólo en 2014, a Sony Mobile se le escaparon de las manos $1.67 mil millones de dólares, es decir, poco más de la mitad que le costó a Lenovo comprar Motorola. Y es que no es un secreto que Sony necesita corregir la trayectoria de varios de sus negocios —incluyendo Bravia—, para hacerlos redituables, ya que la consecuencia de fallar conduciría al mismo destino de Vaio: la necesidad de vender para reducir las pérdidas. El problema es que Sony no puede permitirse perder su área de móviles, pues en ésta era en la que la conectividad a todo (la web, Internet de las cosas, wearables, el hogar inteligente) es definida por los smartphones, sería el equivalente a sacrificar su relevancia global. Para que Sony pueda continuar vigente en la conciencia de la gente y seguir compitiendo de manera efectiva contra Samsung, LG y Apple, es imprescindible que mantenga sus pies firmes en la competencia de los móviles.

Es un hecho que Sony está haciendo cambios y a decir verdad, el director general, Kaz Hirai, dice que no venderá Sony Mobile porque las innovaciones que se acercan en los próximos meses —y años— son muy prometedoras. La interrogante es si esa innovación será suficiente. Aunque los Xperia están entre los teléfonos y tablets mejor calificados por la crítica internacional, en fechas recientes la calidad que ofrecen está en tela de juicio. Por ejemplo, el Xperia Z3 funciona de maravilla durante las primeras semanas de uso, pero su desempeño y hasta la resistencia de su armazón se deterioran en menos de 30 días. Para millones de compradores se trata de algo tan grave como para olvidarse para siempre de los Xperia y preferir otras marcas "más confiables". Es algo lamentable si tomamos en cuenta que Sony siempre ha sido garantía de calidad, eficiencia y durabilidad —aunque en ocasiones sus precios son demasiado altos—.

Más que perfeccionar el concepto de los Xperia, justo como lo están haciendo HTC con la familia One y Motorola con los Moto (Moto E, Moto G y Moto X), Sony tiene que apostar por algo único, que realmente se distinga de lo que ofrece el resto. El sello característico de los Xperia Z —la capacidad de sumergirse en agua— no estaba mal hace unos años, pero hoy es algo tan común y fácil de implementar, que incluso podría convertirse en estándar para la categoría premium. Por lo demás, los teléfonos y tablets de Sony necesitan una característica que les dé nueva identidad basada en una experiencia de uso más llamativa y obviamente, que convenza a la gente de comprarlos. No hace falta que la compañía inicie una revolución y, es más, ni siquiera que apueste por un concepto innovador, sólo que provoque suficiente fascinación.

El Xperia Z4 que vimos hoy es decepcionante. El que Sony debe entregarnos en mayo —como pronostican los rumores—, debe ser un auténtico paso hacia adelante en la trayectoria de los Xperia Z, en lugar de un puñado de sencillos ajustes o un insípido rediseño del modelo anterior. Si sucede lo contrario, podría ser de los últimos clavos en el ataúd de Sony Mobile.

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