Windows 10: el regreso de Microsoft al buen camino

La compañía aprende de los errores de Windows 8

Ayer, Microsoft presentó Windows 10, una nueva generación de su sistema operativo que intenta resarcir varios de los problemas que plagaron a las versiones anteriores. Lo primero, y lo que todo mundo sabía que pasaría tarde o temprano, es que el botón de inicio está de vuelta y mejor que nunca. Después de varias quejas, sugerencias y reclamos por parte del público, la compañía no tuvo otra opción que reincorporarlo, pero con una mini interfaz Metro a su lado. Al parecer, la empresa está realmente enamorada de los mosaicos grandes de colores planos.

El retorno triunfal del botón de inicio
El retorno triunfal del botón de inicio

A pesar de que Microsoft conservó ese diseño, la interfaz no parece tan innecesariamente complicada como la de Windows 8, pues no está pensada con dispositivos móviles en mente, sino que es un híbrido que pretende unificar la interfaz táctil con la convencional de teclado y mouse; un cambio bienvenido. "Estamos tratando de encontrar el balance adecuado para los usuarios de Windows 7 y la gente que espera sacar mayor provecho de sus dispositivos", explicó Joe Belfiore, vicepresidente de la división de software. Ahora no estás obligado a ver las aplicaciones de la Windows Store en pantalla completa, pues en W10 podrás manipularlas como lo haces con una ventana común y corriente, ampliando y reduciendo su tamaño, según tu conveniencia. Otra característica muy útil es que la interfaz de mosaicos incluye un menú de acceso rápido a la izquierda, donde se encuentran tus aplicaciones y programas más utilizados, otra muestra de la experiencia híbrida que, atinadamente, Microsoft busca ofrecer.

2 interfaces en 1
2 interfaces en 1

Otra de las opciones en las que la compañía hizo hincapié es la implementación de escritorios múltiples, una característica presente en Linux y Mac desde hace años y que ayuda a organizar y separar la vida personal de la laboral en una misma computadora.

Cabe señalar que el divorcio con Windows 8 no es definitivo; el nuevo sistema operativo aún presenta características de su antecesor, como la barra Charms que ayuda a buscar contenido tanto en la PC como en Internet, y en ella se encuentra el botón de apagar y el de configuraciones. Hablando de esta última característica, en la presentación no mostraron la interfaz de configuraciones, un área que sufrió modificaciones importantes en W8 y que no fue del agrado de quienes buscamos cambiar o configurar características específicas en nuestros equipos, pues las opciones estaban muy diluidas ya que intentaban mejorar la experiencia de usuarios con conocimientos básicos. Algunas opciones eran muy difíciles de encontrar o simplemente estaban ausentes, como la de olvidar una red inalámbrica en Windows 8.1.

En general, Microsoft al fin está tomando las medidas pertinentes para reparar el daño provocado por Windows 8 al incluir opciones que los clientes han pedido desde hace mucho tiempo. Habrá una versión Beta del sistema operativo para desarrolladores y entusiastas de la computación a fin de que la evalúen y den su punto de vista que, según Microsoft, tomará en cuenta para mejorar la experiencia de usuario.

Creo que la compañía va por buen camino con Windows 10 y, si la historia sirve de algo, puedo augurar que ésta será la versión “buena” del sistema, pues Microsoft tiene un récord perfecto en cuanto a lanzar un sistema operativo bueno después de uno malo.

Esperamos que Windows 9 no haya sido el bueno
Esperamos que Windows 9 no haya sido el bueno

Para sacar esa conclusión no sólo nos dejamos llevar por la coincidencia, pues en esta ocasión la compañía aprendió de sus errores y la nueva versión de Windows será mucho más amigable tanto para el sector de la tecnología de la información como para el público general.

No es un secreto que muchas empresas y usuarios están renuentes a actualizar sus versiones de Windows y un alto porcentaje aún usa Windows 7 o, incluso, XP. La compañía tiene una oportunidad magnífica de revertir la situación al ofrecer la actualización a Windows 10 de manera gratuita o con un enorme descuento a quienes cuenten con versiones anteriores del sistema operativo. Apple utiliza esta estrategia, pero esa empresa basa su modelo de negocios en la venta de hardware, mientras que Microsoft se centra en la distribución de software. Seguir este camino significaría un cambio radical en la compañía de Redmond, pero le ayudaría a refrendar su claro dominio en el mercado y seguramente pondría una computadora con Windows 10 en cada hogar.

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